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El Marítimo de El Molinar dice adiós a su tradición marinera

El Marítimo de El Molinar dice adiós a su tradición marinera
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Por José Luis Crispín
martes 01 de diciembre de 2020, 06:00h

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Cinco empresas optan a dirigir el reformado Club Marítimo de El Molinar. De estas cinco empresas, cuatro provienen el sector de la restauración y tan sólo una del sector náutico. El presidente del todavía Club Marítimo del Molinar, Rafael Vallespir, que vuelve a presidir la entidad tras renunciar a la misma el pasado mes de junio, ha reconocido que aunque no han perdido todas las esperanzas, el club no puede afrontar económicamente la gestión del marítimo por lo que, salvo que prosperen las alegaciones que han presentado, el nuevo puerto de El Molinar quedará en manos de una empresa privada.

Rafael Vallespir ha vuelto a la presidencia del Club Marítimo del El Molinar “porque me lo han pedido personalmente los socios". No obstante, Vallespir argumenta que las multas que les impuso en su día la Autoridad Portuaria “nos han impedido presentarnos al concurso, aunque lo cierto es que tampoco hay dinero para pagar un proyecto”.

El contencioso que han mantenido con la APB ha mermado notablemente la capacidad económica del club. A ello hay que sumar, señala el presidente que “con la reforma del Club Marítimo, muchísimos socios se han ido a otros clubes ya que no nos han renovado la ocupación temporal del espacio”.

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“Los conflictos que hemos tenido con la APB han hecho mucho daño al club. En su día nosotros presentamos un plan y Ports nos retiró el primer proyecto y no dijo que presentásemos otro. Lo hicimos y este segundo proyecto nos lo han rechazado”.

Vallespir quiere matizar que “no renunciamos a nada, aunque estamos como desahuciados. Nosotros seguimos pleiteando para que no sea privado, pero la cosa no está bien”.

Vallespir añade que “en estos momentos hay cinco empresas que han presentado proyectos para dirigir el club y de las cinco empresas, cuatro están encuadradas dentro del sector de la restauración. Veremos qué pasa”

Por último, El presidente del Club Marítimo resalta que “nos hemos reunido con el nuevo presidente de la APB, Xisco Antich y lo que puedo decir es que hemos notado un cambio de actitud importante; lo hemos visto muy correcto y coherente”.

CONTÍNUOS DESENCUENTROS CON LA APB

El momento que llevó a la crisis, las relaciones institucionales entre el actual presidente del Marítimo de El Molinar, Rafael Vallespir, y el anterior presidente de la Autoridad Portuaria, Joan Gual de Torrella, estuvieron marcadas por contínuos roces y desencuentros que concluyeron en mayo de 2019 cuando la APB impuso diversas multas al club por valor de 135.000 euros por infracciones e incumplimientos ante la orden de Ports de Balears de cerrar el restaurante para poder proseguir con las obras de remodelación de la dársena.

Esta sanción fue la culminación de una "guerra" soterrada entre ambas instituciones. Las pocas esperanzas del Marítimo desaparecieron cuando la APB tiraba por tierra el proyecto de dos millones de euros presentado por el Club Marítimo para poder optar a la concesión del futuro puerto marítimo.

Asimismo y haciendo caso omiso a las demandas del Club Marítimo y de numerosas asociaciones vecinales, la APB acordó en julio -todavía con Gual de Torrella en la APB- sacar a licitación un concurso público para la gestión de las instalaciones y amarres del futuro puerto.

Este concurso público generó que el Club se vaciase de socios y levantó la furibunda reacción de los clubs náuticos. En este punto, la Junta Directiva de la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB) instó a Ports a “reconsiderar su decisión de convocar un concurso público para la gestión de este histórico puerto palmesano”.

Estas peticiones no hicieron mella en el anterior presidente de la APB y su Junta Directiva, que siguió adelante con el concurso, que implica el definitivo adiós de la entidad marítima más antigua de Baleares, con un siglo a sus espaldas. Los nuevos gestores tendrán un plazo de explotación de la dársena y del edificio durante 20 años y su gestión permitirá utilizar el espacio portuario para dar servicios de amarre a embarcaciones de recreo de hasta ocho metros de eslora.

Además, la licitación permite la actividad de bar-cafetería-restaurante de la planta baja del edificio, impidiendo el beneficio comercial de la primera planta, que quedará reservada a oficinas y espacio para actividades sociales y culturales que impulse el nuevo gestor".

Asimismo, fuera del concurso quedan unos 2.500 metros cuadrados, ocupados por un edificio de 600 metros cuadrados de nueva construcción, más una explanada y rampa varadero que se cederá al Govern de les Illes Balears para la futura ubicación de un centro de tecnificación para deportes náuticos".

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