La racha goleadora de Abdón permite al Mallorca pasar de ronda en la Copa

Mucho tuvo que sufrir el Real Mallorca para acceder a la siguiente eliminatoria de la Copa del Rey ante un rival de Segunda B, el CD Guijuelo, que hizo méritos para obtener un mejor resultado y que demostró las razones por las que, antes de la derrota de este miércoles, había acumulado nada menos que 13 meses sin morder el polvo en el estadio municipal Luis Ramos.

Para este estreno copero, Luis García Plaza dio la oportunidad de ser titular, por primera vez esta temporada, a Miquel Parera, y el portero mallorquín respondió a la confianza de su técnico con una soberbia actuación que resultó clave para que el club balear se marchase de Guijuelo con la clasificación en el bolsillo. Para el resto de posiciones, el entrenador madrileño escogió a Fran Gámez, Russo, Sedlar y Oliván en defensa; un centro del campo teóricamente muy ofensivo, con Baba, Antonio Sánchez, Murilo y Trajkovski; y reservando las posiciones más avanzadas para Lago Junior y Álex Alegría. El delantero extremeño, que precisó de la asistencia médica en el tramo final de la primera parte a causa de una lesión en la muñeca y que a consecuencia de ello dejó a su equipo con diez efectivos sobre el terreno de juego durante varios minutos, desperdició una nueva oportunidad para demostrar a García Plaza que puede ser útil como alternativa en la delantera.

No obtante, fue precisamente Alegría quien protagonizó la primera acción de cierto peligro. Corría el minuto 9 cuando el ex futbolista de Numancia, Sporting, Betis y Extremadura remató muy flojo a las manos de Molina tras una asistencia de Lago Junior. A los 38, Trajkovski anduvo cerca del gol en un saque de falta, pero el balón se marchó lamiendo el larguero de la portería local. Antes de ello, sin embargo, la ocasión había sido para el Guijuelo, de la mano de su mejor jugador, Abraham Pozo. El delantero repetiría suerte a los 44 cuando sacó partido de un error de Baba para tratar de batir a Perera, pero su balón, demasiado ajustado, se marchó fuera por escasos centímetros.

PARERA SE INTERPONE EN EL CAMINO DEL GUIJUELO

Tras la reanudación, el Guijuelo apostó con claridad por llevarse el triunfo y la eliminatoria, y ocasiones tuvo para culminar con éxito su objetivo. Sin embargo, cuando peor lo estaba pasando el Mallorca y mejor estaba jugando el conjunto chacinero, emergió la poderosa figura de Parera, que brilló con luz propia en varias acciones. Posiblemente, la más meritoria tuvo lugar en el minuto 63, cuando desbarató un peligroso avance de Pino. También José Martínez estuvo a punto de marcar tras un saque de esquina botado por Pozo.

Con la mosca tras la oreja y presintiendo que la eliminatoria corría serio peligro, García Plaza movió el banquillo y nuevamente, como viene ocurriendo durante toda la temporada, el técnico dio plenamente en la diana. En el minuto 69, el preparador bermellón hizo entrar a Luka Romero y Abdón Prats en sustitución de Murilo y Trajkovski. Dicho y hecho: apenas cuatro minutos después, el delantero de Artà prolongó su actual idilio con el gol (cinco tantos en los últimos cinco encuentros) batiendo a Molina y estableciendo el que a la postre sería el marcador definitivo de 0-1.

ABDÓN PROLONGA SU IDILIO CON EL GOL

Abdón pudo marcar de nuevo poco después en un mano a mano con el meta local, pero esta vez Molina le adivinó la intención. Entretanto, García Plaza siguió mirando de reojo a los suplentes que tenía a su lado y decidió, en el minuto 81, efectuar un nuevo doble cambio con el ingreso en el campo de Febas y Cufré por Álex Alegría y Lago Junior, un cambio claramente conservador que, en realidad, palideció frente al último y sorprendente relevo ordenado por el entrenador mallorquinista: corría el minuto 90 cuando García Plaza recurrió a Valjent para ocupar la plaza de Baba con la intención de aplacar cualquier última acometida del Guijuelo.

De esta manera, con más pena que gloria pero con la aportación de un Abdón Prats renacido para el gol y un soberbio Miquel Parera en la portería, el Mallorca ha superado la primera barrera en la carrera copera ante un rival que se hizo acreedor, como mínimo, a jugarse una última baza en la prórroga o los penaltis.