Sanidad y Educación: lo peor está por llegar

Se veía venir y ya ha empezado el gran recorte en las dos áreas con mayor gasto presupuestario: Sanidad y Educación, con las implicaciones sociales que ello comporta, porque esta política de ahorro a costa de lo que sea significa el final del Estado del bienestar.

Se nos dijo y se nos prometió hasta la saciedad que ninguna se tocaría, que se garantizaba la calidad de las prestaciones y de la enseñanza y la realidad nos ha demostrado que nos han mentido, porque la calidad no sólo brilla por su ausencia sino que vemos atónitos como todo se va desmoronando semana a semana.

Durante estos días hemos asistido a una auténtica convulsión en el seno de la sanidad -y lo que todavía nos queda-, hasta el punto de que las personas que confiaron en el nuevo Govern ya están en la calle denunciando los recortes y el peligro que ello supone para la salud de los ciudadanos; es más, hasta significados militantes del partido gobernante salen a manifestarse para decir que por ahí no vamos bien, porque la diferencia entre una buena y una mala asistencia sanitaria no es otra que la vida o la muerte de los pacientes.

La sanidad balear esta en la UVI desde hace tiempo, pero hoy más que nunca está en estado terminal, mientras sus dirigentes se dedican o a batallitas absurdas, surrealistas y carentes de todo sentido, o a hacerse los sordos, mudos y ciegos, con un presidente del Govern, José Ramón Bauzá, que ha decidido mirar hacia otro lado.