Los lectores de mallorcadiario.com lo tienen claro: sin discotecas, ni pubs, ni bares, los fines de semana serán sinónimo de botellones.
Las imágenes de centenares de jóvenes agolpados en primera línea de Playa de Palma o en los polígonos de Ciutat, sin mascarillas ni distancia, se repetirán mientras la oferta de ocio nocturno permanezca clausurada.
A día de hoy, Baleares sigue sin permitir la reactivación del sector y el Govern sólo valora "una desescalada lenta" que no comenzaría antes de agosto. Previamente, se realizaría una prueba piloto -a finales de junio o principios de julio- en un recinto al aire libre.
El plan pasa por permitir la apertura de los locales hasta las 03.00 horas y habilitar zonas de baile siempre que estén acotadas para controlar la afluencia de personas.
Además, el consumo en barra seguiría prohibido y la mascarilla obligatoria.
La complejidad de la desescalada en este sector radica, según el Govern, en que supone "combinar la reapertura de grandes discotecas con pista de baile con pequeños bares de copas con uno o dos trabajadores, generadores de empleo estable".
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