Ante la incesante presión del ala más conservadora de su partido para que ponga freno al flujo de refugiados, la cancillera alemana Angela Merkel está endureciendo su tono.
Merkel también ha asegurado ante sus correligionarios del Estado norteño de Mecklemburgo - Pomerania Occidental que pasó lo mismo en la década de los 90, donde casi tres cuartas partes de los refugiados bosnios y serbios que llegaron a Alemania terminaron volviendo a su hogar.