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'Si un menor no quiere estar en un centro, no estará. No se le puede retener por la fuerza'
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"Si un menor no quiere estar en un centro, no estará. No se le puede retener por la fuerza"

Por Cristina Suárez
miércoles 22 de enero de 2020, 06:03h

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Después de destaparse el escándalo de casos de explotación sexual de menores tuteladas por el IMAS, la Federación de Entidades de Atención a la Infancia y Adolescencia Balear (FEIAB) pide huir del "sensacionalismo" y poner el foco en los verdaderos responsables de este fenómeno: los adultos que consumen sexo de menores. La fedración, integrada por diez entidades sin ánimo de lucro que gestionan programas de protección de menores tanto residenciales como de preservación familiar y familias acogedoras, agrupan 228 plazas residenciales de menores distribuidas en un total de 19 hogares en Mallorca. "Y podemos negar categóricamente que todas las niñas tuteladas acaben en explotación sexual", aseguran.

El colectivo explica el funcionamiento de estos centros. "Cuando el entorno familiar de un menor falla y la administración lo detecta, al niño se le aplica una medida de protección. Éstas son diversas y se declaran en función de cada situación concreta aunque siempre se procura preservar el entorno familiar, por eso las medidas de protección pueden ser de apoyo a la familia".

Sin embargo, en caso de que el riesgo del menor sea más grave, la medida que se aplica es el acogimiento residencial en un hogar o centro de protección en el cual viven de manera temporal o hasta la mayoría de edad. "Los centros pueden ser un lugar de paso donde se trabaja con la familia del menor residente por un futuro regreso -programas de retorno familiar- o bien un lugar donde el menor residirá hasta que se encuentre una familia alternativa -familias acogedoras y adoptivas- o se emancipe.

Mientras tanto los niños realizan actividades "normales" como ir a la escuela o clases deportivas pero a partir de los 14 años es necesaria "la voluntariedad" del mismo menor para ser protegido. Esto significa que "si un menor no quiere estar en un centro, no estará, porque no se lo puede retener por la fuerza".

Con todo, existen protocolos de salidas no autorizadas para resolver la situación, que incluyen la denuncia ante los cuerpos de seguridad al cabo de las dos horas del no retorno. Los centros también disponen de reglamentos de régimen interno que determinan horarios de salida y sanciones en caso de incumplimiento.

Además, todos los centros tienen una serie de normas internas (Reglamento de Régimen Interno, RRI) donde se señalan las sólo básicas de convivencia y que todos los residentes deben conocer y respetar: hora de levantarse, de comidas, de uso de instalaciones, ganancias de paga semanal, sanciones por incumplimientos según la falta sea leve o grave, horas de salida individual en el caso de adolescentes...

En cualquier caso, los expertos piden diferenciar entre los menores en régimen de protección -víctimas de negligencia parental, malos tratos, abandono y en algunos casos abuso- de los que cumplen una medida de privación de libertad por una cuestión de justicia. "En estos casos la medida es el internamiento cerrado": Es Pinaret es un ejemplo.

PONER EL FOCO EN EL VERDADERO PROBLEMA: LOS ADULTOS QUE CONSUMEN PROSTITUCIÓN

El colectivo insiste en que "no todas las niñas de acogida son víctimas de explotación, como ha publicado algún medio por puro sensacionalismo" y exigen no hablar de prostitución sino de explotación sexual o abuso sexual ya que, matizan, "las niñas no se prostituyen: son víctimas de epxlotación en caso de que haya contraprestación económica o abuso si no la hay".

Por ello, los expertos ven necesario "focalizar el problema" en los adultos que demandan prostitución porque son "quienes provocan la explotación sexual", y no en las niñas "que son las víctimas".

"Estas personas adultas se aprovechan de la vulnerabilidad de las niñas, especialmente de aquellas que son más frágiles con motivo de las vivencias emocionales como las que han sufrido las niñas con medidas de protección".

"NO ES CIERTO QUE TODAS LAS NIÑAS ACOGIDAS SEAN EXPLOTADAS SEXUALMENTE"

Por otro lado, desde la Feaib, niegan tajantemente que todas niñas acogidas en centros de protección sean explotadas sexualmente. "Ésto es sensacionalismo, además de provocar revictimización del colectivo de niñas de protección. Hay que aplicar los principios éticos elementales en el ejercicio de la profesión periodística y extremar el rigor profesional, confirmar el rumor y contrastar la información para no magnificarla ni resultar alarmista. ¿Cómo se sentirá una niña de protección al llegar al instituto después de leer esta noticia? ¿Cómo la mirarán los compañeros de clase y los maestros?", indican.

La federación de entidades pide respeto para el personal de los centros residenciales, mayoritariamente educadoras y educadores sociales, ya son los depositarios de todas las esperanzas y los miedos de los niños, destacando además que están en proceso de capacitación continúa con un plan de formación anual.

"Los educadores se convierten en modelos educativos para los niños que atienden, desde su forma de hablar hasta la manera en la que se relacionan con el entorno", afirman. Para ello, cuentan con el apoyo de equipos multiprofesionales formados por trabajadores sociales, psicólogos, maestros, y otro personal.

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