Si finalmente la Santa Sede da el visto bueno a la propuesta de Celaá como embajadora española en El Vaticano, la que fuera titular de Educación sustituirá en el cargo a la diplomática de carrera María del Carmen de la Peña, quien desarrolla esta responsabilidad desde 2018 y que ahora está a punto de jubilarse.
Hasta su cese en la remodelación del pasado verano, Isabel Celaá formó parte del más estrecho círculo de confianza de Pedro Sánchez. En el primer gabinete nombrado por el presidente socialista, Celaá ejerció la labor de portavoz del Gobierno y la encargada de trasladar a los medios de comunicación, todos los viernes, los acuerdos del Consejo de Ministros.
ARTÍFICE DE LA 'LEY CELAÁ'
Posteriormente, Sánchez encomendó a Celaá la tarea de dirigir el Ministerio de Educación con el propósito de sacar adelante una de las leyes más controvertidas de los últimos tiempos, conocida también, de hecho, como ‘ley Celaá’ por el alto grado de vinculación, incluso personal, de esta normativa con la figura de su principal inspiradora.
La legislación impulsada por la posible nueva embajadora en El Vaticano ha tenido en el Consejo Episcopal a uno de sus principales detractores, al contemplar que la asignatura de Religión deje de ser valorada para la obtención de la nota media de los alumnos.
También el sector de la educación concertada ha expresado reiteradamente sus reticencias hacia las medidas propuestas en una legislación que estuvo lejos de conseguir el respaldo unánime de las diferentes fuerzas políticas con representación en el Congreso.
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