Estas fiestas de Sant Sebastià, como acaba de ocurrir con el 31 de diciembre o con Sant Antoni, se volverán a convertir en otro foco de protesta lingüística. Otra vez vamos a calentar el ambiente como ya estamos acostumbrados. Ahora es el PSM quien ha dicho que no va a acudir a los actos culturales del día de Sant Sebastià, en protesta por la postura del Govern de Bauzà.
Habría que recordar al PSM que su discurso es el mismo hoy que cuando gobernaba Cañellas o cuando lo hacía Matas. La razón obvia es que para este partido, como para un sector importante de la sociedad al que representan, el asunto lingüístico es el asunto, es su razón de vida, es su identidad, es todo lo que les preocupa. De alguna forma tienen razón porque es una cuestión de importancia. Pero el diálogo se convierte en imposible cuando sus exigencias son variables, cuando se alejan a medida que la sociedad se adapta a ellas; siempre están más lejos que lo que se pueda conceder porque ese es su eje vital, insaciable. Es un objetivo inalcanzable que en cada mandato se acentúa y acentúa, mientras en la realidad, por la globalización, por la facilidad con que accedemos a otras lenguas, por la tendencia imparable a la homogeinización, el mallorquín retrocede y retrocede.
Ahora, para que el follón sea más acusado, parece que ha nacido un grupo respondón. Con algunos planteamientos razonables y muchos inaceptables, el Círculo Balear se le ha subido a la chepa al PSM y su tropa, organizando aquí una batalla paupérrima, alimentada por la pasión, el prejuicio y con una fuerte dosis de intolerancia.
Era normal: nunca la defensa fanática de nada, nunca convertir la identidad en una religión, ha deparado nada bueno. Pero ahora, cuando una parte importante del PP parece dejar su tradicional postura conciliadora, los ánimos y la división se disparan y todo apunta a que, indiferentes al caos económico que vivimos, nuestros polos harán de cada evento público un circo en el que reivindicarán lo suyo, lo imposible.
Toda la tensión que echemos en la olla, algún día vamos a tener que rebajarla. Tal vez por eso lo mejor sería evitar entrar en esta dinámica.