Según ha informado este lunes la Jefatura Superior, los delitos de estafa y hurto que se le imputan supusieron un perjuicio para la empresa en la que estaba empleado de unos 28.000 euros.
La investigación se inició a raíz de una denuncia de la directora del centro de formación, que tras advertir las irregularidades despidió al informático.
Este hombre, sin conocimiento ni autorización de la directora, compró 28 ordenadores portátiles a nombre del centro y los vendió tras anunciarlos por internet.
Los investigadores le atribuyen también la sustracción de otros 20 ordenadores portátiles a disposición de los profesores en las aulas del centro y la apropiación de una cámara para videoconferencias.
La dirección del centro se percató de las irregularidades cuando supo de otra compra no autorizada de un ordenador valorado en 1.700 euros, operación que pudo frustrar.
Además de la detención del sospechoso de hurto y estafa, que se llevó a cabo la semana pasada, los investigadores tomaron declaración a un hombre que le había comprado al menos ocho ordenadores por un precio muy por debajo de su valor.