En el conjunto de España, el IPC aumentó un 0,2 por ciento en julio en relación al mes anterior y elevó cuatro décimas su tasa interanual, hasta el 2,3 por ciento, debido, principalmente, a la subida de los precios de carburantes y también al encarecimiento de los alimentos, que escalaron cinco décimas hasta el 10,8 por ciento.
La tasa interanual de Baleares se situó 0,7 puntos por encima de la media nacional.
En la Comunidad, los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron un 11,5%; las bebidas alcohólicas y el tabaco, un 8,1%; el vestido y calzado, un 1%; la vivienda, el agua, la electricidad, el gas y otros combustibles descendieron un 13,5%; los muebles, artículos del hogar y artículos para el mantenimiento corriente del hogar aumentaron un 4,6%; la sanidad, un 5,9%; el transporte cae un 3,2%; las comunicaciones suben un 4,5%; el ocio y la cultura, un 7,4%; la enseñanza, un 3,2%; restaurantes y hoteles, un 7,2%, y otros bienes y servicios subieron un 6%.
La tasa anual del IPC aumentó en julio respecto a junio en todas las comunidades excepto en Canarias, donde disminuyó tres décimas, según ha confirmado el INE. Los mayores aumentos se produjeron en Región de Murcia, de 0,8 puntos, en Aragón, de 0,7 puntos y en Castilla-La Mancha, Galicia y Comunidad de Madrid, de 0,6 puntos cada una.
Al finalizar julio, las tasas más elevadas de IPC las presentaban Ceuta (4,3%); Melilla (4,1%); Canarias (3,6%); Baleares (3%) y País Vasco, Cantabria, Andalucía y Murcia, todas ellas con una inflación del 2,6%. Por contra, las tasas más moderadas, inferiores al 2%, se dieron en Aragón y Castilla-La Mancha, ambas con un IPC del 1,8%; Extremadura y Castilla y León, las dos con el 1,9%.