Según el escrito del fiscal, los hechos se remontan a 2015 y 2018, periodos en los que la víctima, que entonces tenía 10 años, convivía con su hermana y la pareja de ésta. El acusado, cuando se encontraba a solas con la menor, durante los primeros seis meses que duró la primera convivencia y al reiniciar la segunda, le daba besos en la boca y por la cara y profería frases elogiándola casi a diario, siendo rechazado por la misma.
A consecuencia de ello, la víctima, desde septiembre de 2018, fue derivada por el servicio de Protección de Menores desde el programa de Acogimiento a un Centro de Menores, dejando así de vivir con su hermana.
La Fiscalía apunta a que durante su estancia en el centro, la menor recibió tratamiento psicoterapéutico en modalidad de terapia individual y sistémica, de forma semanal, hasta febrero de 2020.
El Ministerio Público considera tales hechos constitutivos de un delito continuado de abuso sexual a una menor de 16 años, por lo que ha pedido cinco años de prisión para el varón y la medida de libertad vigilada durante otros cinco años una vez cumplida la condena.
Asimismo, solicita que se imponga al acusado la prohibición acercarse o comunicarse con la menor por un plazo de siete años y que pague, en concepto de indemnización a la víctima por el daño moral causado, la cantidad de 6.000 euros.
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