Sin duda alguna, la reivindicación del delantero de Artà como artillero goleador ha sido la mejor noticia para el Real Mallorca desde el punto de vista del rendimiento de su primera línea ofensiva. Desde que anotara esa mágica chilena en el estadio municipal de los Juegos Mediterráneos, ante el Almería, Abdón, quien finaliza su vinculación contractual con el club este próximo 30 de junio, no ha dejado de perforar la portería contraria, tanto en Liga como en la breve incursión del Mallorca en la presente edición de la Copa del Rey.
No obstante, el rendimiento de Abdón no resuelve todas las necesidades a las que debe dar respuesta el equipo en ataque. Frente a la formidable seguridad defensiva y el gran ramillete de opciones en el centro del campo y en las bandas, García Plaza lo tiene mucho más complicado a la hora de buscar opciones goleadoras, más allá de las aportaciones del denominado ‘ca de bou’ artanenc.
Por una parte, Álex Alegría, en su segunda temporada en el equipo tras su cesión de la pasada campaña al Extremadura, ha sido incapaz todavía de batir la portería adversaria. El club le busca una salida, y ofertas no faltan, pero el Mallorca pretende retener a Alegría hasta que no le haya encontrado un sustituto de garantías.
Tampoco Marc Cardona, el otro ‘9’ de la plantilla, está respondiendo a las alternativas. Autor de un solitario gol con la camiseta mallorquinista, el atacante catalán se ha perdido muchos minutos de competición a causa, primero, de sus problemas físicos, y más tarde por haber dado positivo en un control de detección de la Covid.
Su incorporación al Mallorca, este pasado verano, se cerró, prácticamente, sobre la bocina, después de que la entidad bermellona encontrase un acomodo a su entonces delantero Ante Budimir en el vestuario de Osasuna. Dado que la salida del croata se demoró mucho más tiempo del que hubiera resultado conveniente, el Mallorca tuvo que cerrar deprisa y corriendo la cesión de Cardona, como parte del trueque con los navarros por el préstamo de Budimir, que sigue siendo propiedad, en cualquier caso, del club balear.
Así las cosas, a Luis García Plaza y al director deportivo, Pablo Ortells, les urge encontrar un delantero centro en el mercado de invierno. Otra cuestión es que la propiedad esté dispuesta a poner encima de la mesa el dinero necesario para concretar la operación. Precisamente, la ausencia de recursos está obligando a Ortells a encontrar petróleo debajo de las piedras, esto es, cesiones o incluso traspasos, pero siempre a coste cero a muy poco gravosas para la tesorería de la entidad.