Estos dos médicos han comparecido este martes alrededor de una hora ante la jueza de Palma que instruye el caso de la fuga de veinticinco pasajeros, todos marroquíes salvo un palestino, del vuelo que cubría la ruta entre Casablanca y Estambul el pasado 5 de noviembre.
Debido a esta supuesta emergencia sanitaria, el avión tomó tierra por la tarde en el aeropuerto de Palma y varios de sus ocupantes se escaparon del avión corriendo por las pistas de Son Sant Joan. El viajero indispuesto fue conducido al hospital junto a un acompañante.
Según fuentes próximas al caso, los facultativos que atendieron a este pasajero evacuado han coincidido este martes en que, al llegar al hospital, no vieron que presentara síntomas relacionados con un coma diabético y que supieron que padecía diabetes porque así se lo comunicó él mismo.
Fuga en el aeropuerto de Palma
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Preguntado por los abogados en la sala, uno de los médicos ha explicado que puede ser que el estado del pasajero mejorase tras la toma de unas pastillas en el avión o por el suero suministrado durante el trayecto en la ambulancia, si bien ha considerado que lo ve poco probable.
Este martes también debían declarar dos controladores de tierra que acudieron a la aeronave tras el aterrizaje forzoso, pero se ha pospuesto por un apagón eléctrico en los juzgados debido a una avería eléctrica en Palma.
Desde la fuga en el aeropuerto de Palma, la Policía Nacional y la Guardia Civil ya han detenido a dieciséis de los veinticinco pasajeros que la tarde del 5 de noviembre se bajaron de la aeronave a la fuerza, por lo que a día de hoy son nueve los inmigrantes fugados que siguen en busca y captura.
En el auto que dictó la jueza decretó para todos ellos, incluido el que supuestamente simuló el coma diabético, prisión provisional sin fianza por presunta sedición, favorecimiento de la inmigración ilegal y coacciones.
La magistrada apuntó que los miembros de la tripulación no cerraron las puertas del avión de Air Arabia Maroc, pese a las recomendaciones de los responsables de coordinación, por temor a ser agredidos por los pasajeros que participaron en el motín.
El comandante de la aeronave destacó en su declaración el "caos" y la "agresividad" vivida en el avión, tanto que los miembros de la tripulación sufrieron empujones y una de las azafatas tuvo que ser asistida por las lesiones causadas.
Pese a las órdenes del comandante de permanecer tranquilos a la espera de la toma de decisiones, indicó la jueza, hubo "una desobediencia clara" por parte de algunos de los pasajeros.
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