
La nueva normativa que prepara el Govern para
regular los alquileres turísticos está creando mucho malestar entre importantes dirigentes del PP en la Part Forana. El proyecto se encuentra en estos momentos
en fase de alegaciones, pero los puntos fundamentales son que sólo se podrán alquilar las fincas cuyas casas se hayan construido antes de 1960, mientras que los apartamentos deberán darse de alta para tal efecto, pagar impuestos y estar sujetos a inspecciones.
Hay temor en el PP que esta normativa pueda implicar "
una importante pérdida de votos en no pocos municipios de Mallorca". Los alcaldes populares saben que muchos de sus vecinos alquilan propiedades a los turistas y temen perder su apoyo con
una normativa demasiado rígida. En los últimos años, a causa de la crisis, ha crecido de forma considerable el fenómeno de la
economía sumergida gracias a los
alquileres opacos a turistas. De hecho, esta ha sido una
forma de subsistencia para muchas familias mallorquinas golpeadas por la depresión.
El malestar de alcaldes y jefes de juntas locales populares
viene de lejos. Ya se lo hicieron saber al anterior conseller,
Carlos Delgado, que intentó poner orden, y por supuesto al actual,
Jaime Martínez. Pero en el otro lado de la balanza se encuentran los hoteleros, que desearían una regularización precisa de toda la normativa que atañe al turismo, ya que, en muchos casos, se trata de una competencia desleal y al margen de la normativa vigente.
Por su parte, la izquierda y el Pi mantienen una postura más decidida a la hora de intentar
proteger a los particulares que se dedican al alquiler de sus propiedades a turistas. Sin duda, el asunto lleva camino de convertirse en importante en las
próximas elecciones locales, de ahí la preocupación en el PP de la Part Forana. Muchos alcaldes han hecho
la vista gorda durante lustros a cambio de votos. Con la nueva normativa tendrán que abrir forzosamente los ojos.