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'Necesitamos ayudas de hasta 300.000 euros por cada empresa de restauración'
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"Necesitamos ayudas de hasta 300.000 euros por cada empresa de restauración"

Por Josep Maria Aguiló
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jmaguilomallorcadiariocom/8/8/23
domingo 18 de abril de 2021, 06:00h

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El presidente de la Associació de Restauradors de Mallorca (Arema), Jaume Colombàs, es también el propietario del restaurante Emblemàtic, ubicado en el Paseo Marítimo de Palma. Desde Arema, una de las asociaciones del sector más combativas, reclama ayudas reales para uno de los sectores más castigados por las restricciones.

¿Por qué crearon Arema?

Creamos esta nueva asociación fruto de la frustración y del enfado del sector de la restauración hacia las grandes patronales —CAEB y Pimem—, al no vernos representados en las reuniones que mantenían con la Administración.

¿Cuándo nació esta asociación?

Nació en enero de este año, una o dos semanas antes de la primera gran manifestación que hubo en el sector de la hostelería contra el Govern.

¿Cuántos asociados tienen en estos momentos?

En total, son ya cerca de 200 establecimientos, entre restaurantes, bares y cafeterías.

¿Tienen alguna vinculación con La Resistencia?

No, no tenemos nada que ver con ese movimiento. De hecho, yo personalmente no conozco a nadie de quienes están al frente de La Resistencia ni he hablado nunca con ellos.

"Si la mejora de la situación depende de la Administración, creo que no se producirá, teniendo en cuenta lo que ha hecho hasta ahora"

¿Cuáles son sus quejas concretas hacia CAEB y Pimem?

Quiero recalcar que no estoy criticando a Pimem Restauración ni a CAEB Restauración. El problema es que hay unas filiales dentro de las grandes patronales que están tuteladas por dichas patronales. En ese sentido, ahora mismo ni Pimem ni CAEB como tales defienden los intereses del sector de la restauración, a pesar de contar con las citadas filiales. Son CAEB y Pimem las que toman las decisiones y las que se sientan en las mesas para negociar. La paradoja es que quienes han de decidir cuándo nos cierran o cuándo no nos cierran no tienen ningún bar, ningún café ni ningún restaurante.

¿Las relaciones con las filiales sí son buenas entonces?

Así es. Personalmente, cada cuatro o cinco días tengo contacto con CAEB Restauración y con Pimem Restauración. Hablo casi cada semana con Eugènia Cusí —presidenta de Pimem Restauración—, Helmut Clemens, Alfonso Robledo —presidente de CAEB Restauracióno Juan Miguel Ferrer. Todos tenemos los mismos problemas y trabajamos para resolverlos. Lo que nos diferencia es que ellos están tutelados por las grandes patronales y nosotros no. En Arema vamos por libre. Somos independientes.

¿En qué situación se encuentra hoy el sector de la restauración?

El sector está muerto por culpa de la incertidumbre que están generando los políticos. En ese contexto, cada vez son más los restaurantes, los bares o las cafeterías que se traspasan, se venden o directamente entregan la llave y lo dejan.

"Mientras nos prohíban abrir como antes, no hemos de pagar impuestos ni hemos de pagar gastos fijos"

¿En qué nos parecemos en relación a lo que se hace en otros países?

Nos parecemos por lo que respecta a las restricciones que hay en distintos países europeos, pero nos diferenciamos en lo relativo a las ayudas que ofrecen esos países por las medidas que toman. Por otra parte, el gran problema es el tema de la vacunación. Hay países emisores que en breve tendrán a su población vacunada y dispuesta a viajar, pero como aquí estamos aún ahora mismo en un 5 por cien de vacunación, no estaremos preparados para recibir a los turistas que puedan venir. A ello hay que añadir que el Govern no puede criticar al Gobierno central por el tema de las vacunas porque ambos ejecutivos están presididos por el PSOE. En cierta manera, los socialistas isleños están también tutelados, del mismo modo en que lo están las filiales de las grandes patronales.

¿El 'take away' ha ayudado a paliar algo la crisis?

No, de ninguna manera. Obviamente, los restaurantes especializados en 'take away' han tenido una subida, porque se dedicaban ya íntegramente a esa modalidad. No ha sido así, en cambio, para quienes no nos dedicábamos al 'take away', que nos hemos visto obligados a tener que hacerlo. El Govern nos lo quiso vender como que era la solución, pero en aquel momento nosotros no nos habíamos planteado montar un 'take away', que además sólo supone entre un 5 por cien y un 7 por cien de la facturación que hace normalmente un local que antes no lo tenía.

Entiendo...

Está claro que si alguien dispone de un local grande, céntrico y en donde ha hecho una gran inversión para tener un buen establecimiento, no ha de hacer 'take away', porque si hubiera querido optar por esa posibilidad, seguramente habría cogido un bar en las afueras de la ciudad, más barato y económico. El hecho de que el Govern nos "obligue" a hacer 'take away' y nos venda que no nos obliga a cerrar, no es la solución, sino sólo limosna, que nosotros no hemos de estar dispuestos a coger.

¿Qué apoyo específico necesitarían del Govern?

Mientras nos prohíban abrir como antes, no hemos de pagar impuestos ni hemos de pagar gastos fijos. Si nos dejan abrir un 50 por cien, hemos de pagar un 50 por cien de gastos. Si podemos abrir un 75 por cien, podemos pagar un 75 por cien de gastos. Si la Administración nos deja de cobrar los impuestos, podremos tirar adelante. Si no lo quiere hacer porque no lo puede hacer, porque necesita ingresos para hacer frente a los gastos, le pedimos a la Administración que nos dé ayudas reales, de entre 50.000 euros y 300.000 euros, dependiendo del volumen del negocio. Ese dinero lo emplearíamos para pagar impuestos. Tenga en cuenta que a día de hoy seguimos pagando gastos fijos después de 15 meses de pandemia. No hemos hecho más que pagar y no hemos arreglado nada. Un año después, estamos peor.

"El Govern nos quiso vender el 'take away' como la solución, pero sólo supone entre un 5 por cien y un 7 por cien de la facturación que hace normalmente un local que antes no lo tenía"

¿Esas son las dos medidas concretas que piden a la Administración?

Efectivamente. Por una parte, dejar de pagar impuestos o pagarlos en función de las restricciones que tenemos. Y, por otra parte, necesitaríamos ayudas reales, pero no de 4.500 euros, sino de 50.000, 100.000, 150.000 o 300.000 euros, en función de lo que hayan perdido las empresas. Pensamos que habría distintas fórmulas para ello. El problema en estos momentos es que la Administración no te puede dar dinero, porque no se puede endeudar más.

¿Hay alguna restricción de las fijadas por el Govern que le parezca discutible?

Bueno, me parece bastante llamativo que los restaurantes ubicados en el interior de los hoteles puedan estar abiertos tanto para almorzar como para cenar, mientras que eso no ocurre en el caso de los restaurantes a pie de calle, que no pueden abrir sus espacios interiores. Considero que ahí hay un agravio comparativo con respecto a nuestro sector, que quiero pensar que no se ha hecho a propósito.

¿Qué debería hacerse con los clientes que no cumplen las medidas de seguridad?

Esta pregunta deberían responderla los políticos, que son los que están capacitados y a quienes nosotros hemos votado para que tomen ese tipo de decisiones. No sé lo que se ha de hacer en esos casos, pero lo que sí sé que no se ha de hacer es multar a los restauradores. Al final, quien recibe la multa porque el cliente fuma, porque se levanta o porque no lleva la mascarilla es siempre el restaurador, que es el que menos culpa tiene.

¿Confían en que la situación mejore dentro de unos meses?

Bueno, si depende de la Administración o del Gobierno central, creo que no será así, teniendo en cuenta lo que han hecho hasta ahora. Ahora bien, si se deja participar a las empresas privadas en la compra de vacunas para sus empleados, como ha pasado por ejemplo en zonas turísticas de México o la República Dominicana, seguramente la situación será mejor dentro de unos meses. En el actual contexto en nuestro país, si se deja todo el proceso de vacunación sólo en manos de la Administración, creo que al ritmo que vamos aún tardaremos varios años en poder llegar a tener al 70 por cien de la población vacunada.

"Al final, quien recibe la multa porque el cliente fuma, porque se levanta o porque no lleva la mascarilla es siempre el restaurador, que es el que menos culpa tiene"

Usted es también conocido por ser el "speaker" del Real Mallorca desde hace una década. Me gustaría preguntarle también por esta labor...

Pregunte, por favor, sin ningún problema...

¿Qué sensación tiene cuando ve que Son Moix está ahora siempre vacío?

Es una sensación de pena, porque yo soy mallorquinista de toda la vida y soy consciente de la tristeza que siente el aficionado bermellón de no poder ver a su equipo luchando este año por ser campeón de la Liga Smartbank, sobre todo cuando en no pocas ocasiones hemos estado acostumbrados a lo contrario, es decir, a descender y a perder —sonríe—. Este año estamos teniendo una temporada brillante y es una pena que los mallorquinistas de verdad no la podamos disfrutar.

Esa ausencia produce una cierta tristeza, sí...

Por otra parte, creo que no tiene demasiado sentido que en un estadio con capacidad para unas 23.000 personas no puedan entrar, por ejemplo, una quinta parte del total de espectadores posibles, quienes por supuesto deberían cumplir las medidas de seguridad sanitaria. Piense que hay campos de fútbol de Segunda B que sí están permitiendo que haya público cuando juegan. A veces está todo muy mal organizado en todos los estamentos.

¿Cree que el Mallorca subirá a Primera este año?

Seguro que subiremos. Y, además, nos sobrarán puntos. Yo soy optimista siempre —sonríe de nuevo—.

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