El procesado por acosar a su ex, que se suicidó, lo niega todo

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares ha acogido este martes contra un individuo acusado de delitos de quebrantamiento de condena, maltrato psíquico habitual y coacciones. La fiscalía ha solicitado una pena de siete años de prisión para el acusado.

El hombre, al ser interrogado por el Ministerio Público, ha admitido que la relación terminó porque fue decisión de su pareja y también ha confirmado que sabía que tenía una orden de alejamiento. Sin embargo, ha afirmado que desde la ruptura no había mantenido ningún contacto con ella, regresó a Bélgica y continuó con su vida.

A pesar de lo que afirma la Fiscalía, el hombre ha negado haber enviado a la víctima numerosos mensajes y correos electrónicos con palabras despectivas y amenazantes.

Es importante mencionar que debido a dos sentencias emitidas por tribunales de León por amenazas y coacciones en el ámbito familiar, el sujeto tenía prohibido comunicarse y acercarse a su ex pareja. Después de los supuestos mensajes, fue encarcelado y al ser liberado en diciembre de 2014, la mujer se mudó a Ibiza por temor a que el acusado continuara haciéndole daño, según lo indicado por la fiscalía.

Durante el juicio, la acusación afirmó que el hombre envió al menos doce paquetes postales a la casa de su expareja en León, donde vivía la madre de la víctima. Sin embargo, el acusado negó conocer la dirección de su expareja y negó haber enviado los paquetes.

Durante el juicio, el acusado explicó que todas las denuncias que la víctima había presentado en su contra, incluyendo 17 en una semana, se debían a una denuncia previa que él había presentado contra ella en el SEPE. Según el acusado, después de esa denuncia previa, "fue la guerra".

LA DECLARACIÓN DE LA VÍCTIMA

La hija de la fallecida, en calidad de testigo, ha afirmado que su madre era una mujer sana. Sin embargo, después de finalizar su relación con el acusado, notó que su madre estaba un poco asustada y tenía miedo porque el hombre la estaba molestando.

"Durante el tiempo después de la ruptura, el miedo del acusado aumentó y consideró tomar medidas legales y presentar denuncias debido a que no aceptaba la separación", declaró ante el Tribunal.

Según la mujer, el teléfono de su madre no dejaba de sonar con llamadas de un número largo. Cuando se dio cuenta del deterioro emocional de su madre y de que el acusado la estaba molestando, fueron a la unidad de ayuda a la mujer de la Policía.

La hija ha mencionado que recibió llamadas de números largos en su teléfono móvil, y cree que provenían del hombre acusado en el caso.

La chica ha declarado que su madre falleció por suicidio, pero ha mencionado que hubo circunstancias que la llevaron a tomar esa decisión. Además, recordó que su madre había intentado quitarse la vida en una ocasión anterior.

COMPAÑERO DE PISO

El siguiente testigo en hablar fue el compañero de piso de la víctima, quien la describió como "una mujer con miedo, muy triste y angustiada". También mencionó que la única vez que la vio más comunicativa fue el día o días previos a su fallecimiento.

El testigo afirmó que la expareja del acusado le dijo que los paquetes y vídeos que recibía eran del acusado sin lugar a dudas. El compañero de piso de la fallecida describió al acusado como una persona atormentada.

UNA AMIGA

Durante el juicio, una amiga de la víctima recordó que la mujer le había confesado que se sentía asustada y deprimida. Además, había denunciado al hombre pero sentía que no le hacían caso debido a su conducta.

Una profesional que atendió a la fallecida mencionó que el Juzgado de Violencia solicitó un informe del caso de inmediato. La testigo recordó que se dieron cuenta de la situación de acoso por parte de la expareja, a pesar de tener una orden de alejamiento.

La víctima recibió un tratamiento que la hizo sentir "muy acogida", según lo expresado por una experta. Sin embargo, la psicóloga consideró que necesitaba "más ayuda" debido a que se encontraba desesperada y sin esperanzas de acabar con el acoso. Por esta razón, se solicitó ayuda a psiquiatría de Ibiza para tratar su desesperación.

Después, se mencionó que en abril hubo un intento de suicidio que "asustó mucho" y finalmente la persona falleció en julio.

Un policía relacionado con el caso declaró que "de alguna manera era violencia vicaria, porque como no la localizaba le enviaba mensajes y paquetes a su madre".

El agente ha interpretado que la mujer era saludable y estaba llena de vida, pero que en una situación difícil como esta, hay obstáculos muy duros de superar.

UNA RELACIÓN TORMENTOSA

Los hechos que fueron juzgados ocurrieron en los años 2014 y 2015. Según la acusación, la relación entre ambos había terminado en septiembre de 2013, pero el hombre no aceptó la separación y a pesar de que la mujer no quería tener contacto con él, él seguía insistiendo en querer verla.

Según la fiscal, después de que la relación terminara y antes de marzo de 2014, el hombre envió varios mensajes y correos electrónicos a la víctima con expresiones despreciativas e intimidatorias. Debido a estos hechos, el hombre fue encarcelado y salió en diciembre de 2014. Después de su liberación, la mujer se mudó a Ibiza.

Después de salir de la cárcel, el acusado continuó enviando al menos doce paquetes postales a su destinatario, algunos contenían objetos sexuales y otros con connotaciones románticas o amorosas, según el escrito de acusación.

"La mujer se suicidó en julio de 2015 como resultado de los comportamientos que experimentó, lo que le causó un trastorno de ansiedad y depresión."