
El comité de EMAYA ha vuelto a desenterrar el hacha de guerra este julio con una amenaza de huelga durante este mes de julio.
Es el tercer año consecutivo que acude a esta amenaza en verano. A ello hay que añadir las amenazas de la pasada Semana Santa y de la anterior Navidad. En estos últimos años han buscado las fechas más señaladas para intentar poner contra las cuerdas a la dirección, aunque hayan creado una notable tensión en Palma.
La dirección considera que
no hay argumentos sólidos para la huelga. Existe la convicción de que se trata de una
embestida política para conseguir la dimisión del presidente de Emaya,
Andreu Garau.
La dirección
niega que se hayan bajado los sueldos, ya que únicamente se han eliminado los complementos por turnos que se han dejado de prestar. La dirección considera que "no se ha despedido a nadie" y que hay un compromiso firmado de asegurar
contratos fijos e indefinidos. Además se insiste que en EMAYA dede el primer día se ahuyentó el
fantasma de la privatización y se han mantenido los compromisos con los trabajadores.