El presunto autor conocía los movimientos y datos de la víctima: viajes, lugares que frecuentaba, domicilio, y otros datos de interés. Incluso, señala la Policía Nacional, llegó a presentarse en la vivienda que la víctima frecuentaba en Palma de Mallorca, haciéndose pasar por repartidor de pizza para acceder al edificio, así como pernoctar en diversas ocasiones delante del domicilio.
La víctima decidió denunciar los hechos el 1 de febrero, cuando el presunto autor le envió un mensaje en el que aparecía un billete de avión para el mismo día con destino a Palma de Mallorca, comunicándole que en cuanto aterrizara iría a visitarla a su domicilio.
Hace tres días, mientras la madre y la hija estaban en las dependencias policiales, la menor recibió varios mensajes del denunciado, en los que enviaba fotos de dónde se encontraba en ese momento. Con estos datos, los agentes acudieron al lugar y lo detuvieron por un presunto delito de acoso sexual continuado.