
El cuadro del expresidente
Gabriel Cañellas se mantiene intocable en l capilla del Consolat de la Mar pese a que el Tribunal Superiorsentenció en 1997 que había cometido delito de cohecho en l adjudicación del Túnel de Sóller a su amigo
Antoni Cuart, que también era su socio en Salinera Española. El tribunal consideró prescrito el delito ya que corresponía a la financiación de las campañas electorales del PP de 1989 y 1991. La querella, presentada por EU, no se presentó hasta 1995. No obstante, los hechos delictivos fueron considerados probados.
Cuart, para hacerse con la concesión del túnel, abonó 50 millones de pesetas a la Fundación Illes Balears, también presidida por Cañellas. El escándalo motivó que
José María Aznar forzase la dimisión del presidente balear en julio de 1995. Sin embargo, su cuadro fue colgado en el Consolat, en la sala que homenajea a los expresidentes, cuando
Jaume Matas era presidente. Curiosamente, el actual presidente
Bauzá procedió a descolgar el cuadro de Matas una vez que fue condenado por la financiación del periodista
Antoni Alemany. Sin embargo, por unos hechos aparentemente mucho más graves, como fue una obra pública de gran trascendencia social, nadie se ha atrevido a descolgarle el cuadro a Cañellas.
Los presidentes del Govern Balear sólo tienen tratamiento de molt honorable mientras ostentan el cargo y lo pierden cuando cesan. Por tanto, ninguno de ellos tiene honores cuando dejan de ser presidentes. La situación es diferente en el Parlament. Cuando lo encabezaba
Maria Antònia Munar, instituyó que el tratamiento de
molt honorable tenía que ser vitalicio. Munar ha sido desposeída de este tratamiento al ser condenada, pero lo mantienen mientras vivan, y entre otros, Antoni Cirerol, Jeroni Albertí, Cristòfol Soler, Joan Huguet, Maximilià Morales, Antoni Diéguez, Pere Rotger, Aina Rado o Marga Durán. También tienen o tendrán cuadro en el Parlament.
Si el Parlament tuviese que enviar alguna carta a Maria Antònia Munar en el centro penitenciario de Palma, lo haría bajo el tratamiento de senyora, al igual que al resto de ciudadanos a los que se dirige.
El único que tiene cera del Corpus es Gabriel Cañellas, con una sentencia que reconece que incurrió en delito aunque le declararon "absuelto por prescripción". No ha habido forma de sacarlo del Consolat ni con los gobiernos de derechas ni con los de izquierdas.