Belén Escutia Llambias nace en Palma en uno de los días en los que acontece el equinoccio de primavera en el hemisferio sur y el equinoccio de otoño en el hemisferio norte. 22 de septiembre de 1973, ese mismo año se inauguran, el Puente de Londres, las Torres Gemelas de Nueva York y la Opera de Sidney, el inventor Martin Cooper realiza la primera llamada desde un teléfono celular, Pinochet perpetra un golpe de estado en Chile, en París se firma un Tratado de Paz entre Estados Unidos y Vietnam, un robo en el banco Kreditbanken en Estocolmo al que se denominó por error como Síndrome de Estocolmo, fallecen Bruce Lee de un edema cerebral y en accidente de coche Nino Bravo, desde Hawái se transmite el primer concierto en vivo vía satélite para todo el planeta, Elvis Presley protagoniza el hito histórico, Pink Floyd lanza The dark side of the moon, Mike Oldfield el disco Tubullar bells, Mocedades consigue un segundo puesto en Eurovisión con la canción Eres tú, en televisión se estrena Informe Semanal, las series Kung Fu, Colombo, Canon y Los Payasos de la Tele ocupan el interés de la audiencia televisiva, ese año es prolífico en películas triunfadoras; El Golpe, El exorcista, Amarcord, El dormilón, Papillon, Serpico, Operación dragón, Jesucristo Superstar, Luna de Papel, La noche americana, trasciende una de las mayores tragedias aéreas en la historia balear, un siniestro en el que mueren sesenta y ocho personas, doce eran mallorquines. Un DC-9 de la compañía Iberia que cubre el trayecto Mallorca a Londres sufre un atroz accidente cuando vuela sobre la localidad francesa de Nantes.
Mientras Francisca dejaba planear la visión sobre las posibles ubicaciones para sus fotos, yo comenzaba una entrevista en la que la protagonista nos recordaba parte de su álbum familiar.
Soy hija de Peregrín, representante de peletería nacido en Alginet - Valencia y de María Antonia, ama de casa nacida en Palma y la menor de los cuatro hijos que tuvieron por este orden; Xavier, Lourdes, Laura y Belén.
Nos desvela que la mayoría de los temas escogidos para ejecutar sus obras tienen que ver con el vértigo, con la aventura de riesgo, escalar una montaña, descender a las profundidades de los océanos, atravesar una distancia entre dos edificios sobre una fina cuerda equilibrándose con una vara o suspenderse en el vacío de un acantilado.
Una de las telas que nos rodea, evoca al funambulista francés Philippe Petitt, aquella mañana de agosto de 1974 cruzando las Torres Gemelas del World Trade Center sobre un cable metálico y sin sujeción, con una barra de madera entre sus manos para mantener el contrapeso.
¿Le gustan los deportes de riesgo, la acrobacia?
Mirar sí, practicarla no. Me da miedo solo de pensarlo. Pero me ocurre con la mayoría de los argumentos que elijo para pintar, les tengo mucha consideración.
¿Cómo se desarrolla la elaboración de una de sus piezas?
Aunque algunas veces con la referencia de una fotografía, siempre cambio los elementos de alrededor y las percepciones de los escenarios originales. Por ejemplo con el lienzo del equilibrista, el entorno nada tiene que ver con la realidad. Pasa lo mismo con otras obras, al plasmar la oscuridad en las entrañas de un océano, al descender con una cuerda por un precipicio. Habitualmente incorporo una figura, me conmueve ese contraste que nos recuerda lo pequeños que somos en la inmensidad.
Hábleme de esas obras en las que un hombre practica apnea…
Me fascina la visión de esas personas que bucean a pulmón y suspenden voluntariamente la respiración dentro del agua. Disfruto de trasladar esas secuencias a mi manera, pero jamás practicaría esa disciplina por temor.
Cambiemos de tercio. Cuéntenos algún recuerdo de su infancia…
Mientras mis hermanos jugaban en casa o corrían por el campo, yo me entretenía haciendo manualidades en una mesa. Vivíamos en Palma pero también teníamos una casa en Sa Cabaneta, dónde pasábamos cinco meses al año. Mi padre pintaba por afición y a mí, me llamaba la atención. Tanto que a la edad de ocho años le dije que quería ir a clases de pintura. En aquel entonces el pintor Paco Gaita era profesor del Colegio Luis Vives donde fui toda mi vida y mi padre se dirigió a él. Al principio fue reacio porque solo daba clases a gente mayor, pero mi padre le convencería y durante siete años acudí a su estudio que estaba cerca del colegio.
¿Qué tal era como estudiante?
No puedo presumir de haber sido una buena estudiante, más bien regular. Destacaba en plástica, de hecho en el Colegio Luis Vives se hicieron famosas dos fiestas anuales; el Festival Inglés y el Drac Magic y siempre era yo quien producía los carteles o pintaba los murales.
Siendo adolescente deja las clases con Paco Gaita…
Después de siete años me inscribí en la academia de Joan Vich y fue para empezar de cero. Estaba claro que anteriormente solo aprendí a copiar lo que hacían los mayores. Ahora a hacer líneas, una y otra vez, así durante unos meses. Luego bodegones, figura desnuda con modelo. La experiencia de dos años me valió la pena. A los diecisiete años mi padre me inscribió en la Escuela de Xim Torrents Lladó que ya había fallecido y en aquel tiempo la dirección estaba a cargo de Ángeles Cereceda.
Se produce un cambio en su vida, aparca la pintura.
A los dieciocho años dejé la escuela de arte y decidí ir a la Academia Fleming para aprender diseño de moda, tuve a una gran profesora; Mar Sobrón. Al acabar estudié Ilustración en Arts i Oficis.
Con poco más de veinte años y con su afición pictórica casi olvidada, se presenta a una solicitud de trabajo y se convierte en Secretaría de Dirección del periodista Pedro Comas en el Grup Serra.
Fueron ocho años en los despachos, aunque no dejé de ejercitarme del todo, porque para unas tiendas de ropa de Palma, Andratx y Valldemossa, pintaba ropa, interveniendo en tejanos o en chaquetas.
Tras esos años su padre enferma y usted se ocupa de su cuidado por lo que se ve obligada a reducir la jornada de trabajo.
Tuve que pedir una excedencia porque mi padre comenzó a padecer de falta de flujo sanguíneo lo que le provocó gangrena en los pies y su cuidado me restaba muchas horas. Aún así trabajé en un horario de mañana en la consulta de un médico y el resto del día me dedicaba a mis labores de “enfermera”.
En aquellas fechas me llegó el contacto de un médico en Francia y a través de su consejo, comenzamos un tratamiento con unas cremas que se inhalaban y que le ayudaron a mejorar, su cura progresaba hasta que un día no quiso continuar. Había leído que las cremas eran perjudiciales para la salud. Poco después empeoró y falleció.
¿Y es entonces cuando decide recuperar su pasión por la pintura?
Todavía no. En 2002, me presenté a una solicitud de trabajo para formar parte del personal de Inagea, el Instituto de Investigaciones Agroambientales y de la Economía del Agua que trabaja para la Universitat de les Illes Balears y afortunadamente se han cumplido veinte años.
Es aproximadamente en 2013 cuando tras una conversación con mi marido, me animo a volver a pintar. Durante tres años, en mi tiempo libre voy acumulando obra y en 2016, Rosa de la Galería Vanrell que había visto mis trabajos, me ofrece exhibirlos en la Nit de l’Art de Palma y así me reencontré con el mundo del arte. Vendí alguna de las piezas y eso me convenció para continuar.
¿Qué siente al colocarse ante un lienzo y empezar de cero?
Me produce un enorme respeto. Es un ejercicio en el que valoro la labor de quienes aportan sabiduría, eso hace que sea muy exigente conmigo, y para acabar una pieza debo de estar completamente convencida de que todo está en el lugar que corresponde.
Busco entre esos supuestos de los que he hablado, la soledad, la niebla, la oscuridad, los abismos, las inmersiones, la cantidad de aire que cabe en los pulmones y trato de definirlos desde el punto de vista de sus protagonistas. No obstante también en la naturaleza que recreo hay superficie para la calma y el silencio.
No todos los artistas miden el éxito de su labor por la divulgación que ofrece pertenecer a una galería, el de Belén es uno de esos casos.
Usted no suele trabajar con galerías, los encargos le llegan a través de una fórmula que desde hace años puso en práctica…
No quiero decir que lo que yo hago es mejor o peor, pero a mí me funciona esa manera de representarme. No tan solo con particulares, también con empresas como Iberostar Playa de Muro Village que contó conmigo para estar en cada una de sus habitaciones, o el Boutique Hotel Petit Monti-sión en el que he decorado sus habitaciones y hall, o tantos otros. Es una labor de expansión a través de las redes, del boca a boca. Los encargos hacen que prácticamente no disponga de obra en mi taller.
En ocasiones se inspira o toma como ejemplo una fotografía en la que ha fijado su atención.
Sí, y siempre cuento con el consentimiento del autor. Me pongo en contacto con la persona en cuestión, le explico mi intención y si están de acuerdo, que hasta el momento no ha habido ninguna contrariedad, les pido que por escrito me remitan un permiso. Fíjate que en breve conoceré a quien es dos veces sub campeón del mundo de apnea (Miguel Lozano) que viene a Mallorca para dar unas conferencias en la Academia de Rafa Nadal y hemos acordado que me firmará las obras en las que le he referenciado. Gracias a estas fotografías conozco a gente de todo el mundo que practican deportes extremos, escalada, actividades subacuáticas, barranquismo, etc.
Permítanos descubrir cuáles son sus aficiones.
El tenis desde hace años, pintar ropa, visitar museos, una de las visitas que me impresionó fue ir al museo Moma de Nueva York, y lo que me emociona es viajar, como cuando visité la prisión de Alcatraz o cuando atravesé el Puente de San Francisco que se me escapó alguna lágrima.
¿Qué artistas figuran en su lista de preferidos?
Cuando era niña copiaba a Dalí, ahora soy seguidora de la obra de Ricard Chiang y de Ela Fidalgo, como artistas cercanos y a nivel internacional admiro a Basquiat y a Anselm Kiefer.
Le digo que escoja una película…- no duda un solo segundo.
Cinema paradiso.
Solo puede escoger una firma literaria…
Isabel Allende.
Una receta gastronómica…
El ceviche.
¿Qué supone para usted que una de sus obras haya sido seleccionada para ser la portada de un libro?
Es un privilegio para mí que el poeta y escritor Carlos Jover se haya fijado en una de mis piezas y la haya escogido para la portada de su nuevo libro.
En la escena recreada, una figura humana de espaldas al espectador, es testimonio desde el Pleikestolen o Púlpito de los Dioses, en los Fiordos de Noruega, de la imponencia que se alza ante sus ojos.
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Si a esos miedos, al misterio, a la estancia en un submundo, a la soledad y majestuosidad infinita, descritos y cubiertos con pintura acrílica y resuelto con múltiples capas de materias y texturas rugosas, con lágrimas abstractas que se deslizan sobre aplicaciones areniscas, le aplico corales, colores nacarados con resinas de un arco iris solo presente en los abismos, si un punto en la solemnidad del universo es la silueta de un “ser anónimo”, afirmaría que la firma de Belén Escutia formará parte de la panorámica.
Una de las cosas que más valora al contemplar una obra de arte…
Que tengan identidad, personalidad, que sean reconocibles.
Con su hermana Laura puso en marcha una empresa de pulseras.
Brazaletes y pulseras que son piezas únicas y las denominamos Poroporo.
¿Puede descubrirnos algún proyecto a la vista?
Con Marisa Aldeguer propietaria de la Galería M.A de arte contemporáneo estamos visualizando para 2023, la posibilidad de que realice un trabajo distinto a todo cuanto he hecho hasta el momento. Es uno de esos retos motivadores al que tengo ganas de enfrentarme.
Por otra parte una empresa alemana constructora de viviendas de lujo cuenta conmigo para incorporar obra mía en sus construcciones. Me conocen y ya me han encargado algunas cosas con anterioridad.
Con una señal Francisca me indicó que tenía material suficiente, casi al mismo tiempo que yo escribía la última frase en mi bloc de notas. Belén apagó las luces de su estudio, cerró la puerta y nos acompañó en un tramo del camino. Era la última tarde del verano de 2022.
Textos: Xisco BarcelóFotografías entrevista: Francisca R SampolFotografías archivo: Belén Escutia
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