El Govern empezará a vacunar contra el coronavirus también los fines de semana, lo que supone un acertado cambio de criterio respecto a la práctica llevada a cabo desde el inicio de la campaña, hace casi tres semanas. Así lo confirmó este miércoles el conseller de Model Econòmic, Turisme i Treball, Iago Negueruela, durante un encuentro con agentes económicos y sociales, quienes han venido reclamando -junto a otros muchos colectivos, partidos y entidades- un aumento del ritmo de vacunaciones de forma que se pueda iniciar una temporada turistica con las mayores garantías sanitarias.
La llegada de las nuevas vacunas de Moderna, que se suman a los envíos del fármaco de Pfizer, es el argumento con el que el Govern justifica este cambio de criterio. Sea como fuere, es de aplaudir que la campaña no se paralice en fin de semana y se pueda agilizar al máximo. A las Islas habrán llegado hasta este viernes un total de 18.690 dosis de la vacuna de Pfizer y otras 600 de Moderna, las únicas farmacéuticas que, de momento, cuentan con el visto bueno de la agencia europea del medicamento para la distribución de sus vacunas en los países de la Unión. De todas estas dosis, en Baleares ya se han inyectado 8.420.
La nueva estrategia del Govern debería aumentar el número de personas vacunadas, logrando mejorar el ranking que actualmente sitúa a Baleares como la tercera comunidad con los peores índices de vacunación de toda España, según datos del Ministerio de Sanidad.
Para ello es importante que, además de la estrategia local, el Govern se asegure la llegada regular de las dosis correspondientes. Hasta ahora, todos los envíos de Pfizer desde Madrid han sufrido retrasos -bien sea por incidencias en la logística o por la inclemencia del tiempo-. Salut ya elevó sus críticas al respecto, pero el departamento de Patricia Gómez deberá estar muy atento de que se aseguran los envíos en tiempo y forma. Moncloa no debe alimentar la sensación de discriminación que, también sobre este aspecto, crece en nuestra comunidad.
Vacunar es, de momento, la única solución a la crisis sanitaria pero, para que sea efectivo, el remedio debe alcanzar a un número importante de ciudadanos. España, en general, y Baleares, en particular, están aún lejos de conseguir la velocidad de crucero que tienen países como el Reino Unido, donde ya se plantea vacunar también en supermercados, además de hacerlo las farmacias y en todos los centros de salud señalados las 24 horas al día. Es el ejemplo de un país con un celebrado sistema público de salud, que no escatima fórmulas adicionales para inocular cuantas más dosis mejor. En Baleares no debería ser diferente y el acertado cambio de criterio sobre los fines de semana puede significar un giro decisivo en la situación.