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Una situación política inédita que lleva a Pedro Sánchez hasta la Moncloa

jueves 31 de mayo de 2018, 22:00h

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La llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa tras el presumible triunfo de la moción de censura que se vota este viernes en el Congreso de los Diputados abrirá un periodo de muchos interrogantes. El mayor de ellos es sobre el margen real de maniobra que tendrá el nuevo presidente del Gobierno a la hora de tomar decisiones, ya que su aterrizaje en el cargo no llega acompañado de ninguna modificación en la representación de los grupos parlamentarios, ni cambios en la composición de la Mesa del Congreso (con mayoría del PP y Ciudadanos), ni alteración de la mayoria absoluta que el PP mantiene en el Senado.

Habrá que esperar a ver cómo gestiona Pedro Sánchez la situación que le ha llevado a presidir el Gobierno de la nación y, muy especialmente, cuánto tiempo es capaz de hacerlo. Es probable que nos encontremos ante un periodo no corto de tiempo, que resulte suficiente para que los presupuestos de 2018 den los frutos que esperan aquellos que han optado por apoyar la censura a Mariano Rajoy, en el caso de que el Senado no bloquee las cuentas remitidas por el gobierno del PP y sobre las que se ha comprometido a gobernar el secretario general del PSOE.

En todo caso, en estos momentos lo fácil es especular, dado que nos encontramos ante una situación inédita en toda la historia de la democracia española. Es difícil saber qué va a pasar y cuánto tiempo va a transcurrir hasta que los ciudadanos sean convovados nuevamente a votar. Desde Balears, cabe esperar que no se bloqueen los asuntos que el proyecto de Presupuestos Generales ya han incluido. Lejos de la alta política que se juega en la Carrera de San Jerónimo, en Balears importan cuestiones tan concretas como el descuento del 75 por ciento en los vuelos a la Península, el REB, una nueva financiación autonómica, más recursos para la administración de justicia, más efectivos de los cuerpos de seguridad...

Son cuestiones concretas que afectan a los ciudadanos directamente y que no deben verse alteradas por el vértigo político, social y económico que se puede vivir en los próximos días. La coincidencia en el color político entre los ejecutivos de Baleares y Madrid debería ayudar, además, a que este vértigo no se convierta en incertidumbre ni frustración.