Todo ocurrió en el cerro de la Corona, en Totalán, una pequeña localidad de Málaga de apenas 700 habitantes. El niño acudió junto con sus padres a la finca de un primo de la familia, su pareja y su niña para hacer una paella al aire libre. Mientras los hombres colocaban las sillas, la mesa y hacían fuego, las madres se encargaban de los pequeños.
Sin embargo, la madre de Julen se sintió indispuesta y pidió a su marido que se hiciera cargo del niño. Julen se bajó de la silla y se metió en una zanja de poca profundidad. Se puso a correr y su padre salió detrás de él hasta que el pequeño desapareció delante de sus ojos. Su padre siempre mantuvo que vio cómo la tierra se lo tragaba por un diminuto pozo.
CASO JULEN: EL RESCATE QUE TUVO EN VILO A TODO EL PAÍS
El rescate de Julen está considerado como el más complejo de toda la Historia de España. En él participaron centenares de efectivos venidos de todo el país -incluído Baleares- además de decenas de máquinas, perforadoras y excavadoras que removieron cerca de 83.000 metros cúbicos de tierra para excavar un pozo paralelo que llegase hasta el pequeño.
En un primer momento, se intentó recuperar el cuerpo desde la boca del agujero pero ante la enorme dureza del terreno, los ingenieros se vieron obligados a cambiar la estrategia varias veces para finalmente perforar un acceso directo al agujero donde estaba el cuerpo del niño.
Más de 300 personas formaron parte del operativo que durante 13 días estuvo activo para recuperar al pequeño Julen del fondo del pozo, entre ellas los ocho miembros de las Brigadas de Salvamento Minero de Hunosa, el cuerpo de élite de la minería asturiana, que llegaron a trabajar durante casi 32 horas seguidas en la última fase, horadando los 3,8 metros de túnel final de tierra y roca.
PRÓXIMO JUICIO AL DUEÑO DE LA FINCA DE TOTALÁN POR HOMICIDIO IMPRUDENTE
Los padres del niño siempre han asegurado que desconocían la existencia del pozo y David Serrano, el primo político de la madre de Julen, afirma que alertó de las tres prospecciones que había en el lugar.
En un primer momento intentó endosar la responsabilidad al pocero que hizo las prospecciones, después al equipo de rescate -"que pudo causar lesiones mortales a Julen"- y finalmente al padre, por no decir la verdad ya que mantiene que lo avisó del peligro. Ninguna de estas versiones han sido aceptada por lo que es el único procesado por la muerte del niño y el juicio, en el que se le piden tres años de cárcel por homicidio imprudente, arrancará el próximo martes día 21.