Soy una palmesana más

Señor director, estas palabras van dirigidas al alcalde y a sus socios. Soy una palmesana más. Nacida en la barriada de Santa Catalina en 1.943. Como muchos otros vecinos, yo no viví la guerra, pero sí una posguerra. Yo no viví el odio durante la guerra, pero sí viví todo el proceso de democratización de mi país, España, el cual se basó en la tolerancia y respeto a todas las opiniones políticas, religiones y razas. Fue sin duda un proceso basado en la concordia, algo que parece ser que el actual ejecutivo del ayuntamiento de Palma no conoce. La concordia es algo muy fácil de definir pero tan difícil de aplicar, y más para los que se empeñan en dejarnos anclados en el pasado para alimentar el odio del presente.

Es cierto, nadie lo discute, España sufrió una guerra civil, una guerra entre familias, entre hermanos. Pero parece ser que nos empeñamos en querer darle un sentido u otro, dependiendo de quién lo cuenta. Yo conocí a muchos amigos de mis padres que combatieron en esa guerra, de uno y otro bando, y la gran mayoría coincidían con lo mismo: dependiendo dónde vivían iban a un bando u otro sin tener en cuenta la verdadera ideología de cada persona, sin ninguna convicción política hacia un bando u otro. Muchos de ellos sin saber apenas leer y escribir, sin entender ni el porqué de la guerra.

Y ahora, parece ser que los señores concejales del ayuntamiento no pueden vivir tranquilos hasta eliminar el monolito de Sa Faixina que rinde homenaje a los ochocientos fallecidos en el hundimiento del buque Balears por la armada republicana, ochocientas personas que tenían familias, padres, hermanos, hijos. Ochocientas personas que tenían sus sueños, sus ganas de vivir. Ochocientas personas que no sabían ni por qué estaban allí. A esas ochocientas personas que a pesar de ir bajo la bandera nacional, eran mallorquines, eran jóvenes que les daba igual ser nacional o republicano, simplemente el azar les hizo ser de un bando u otro. A esos ochocientos fallecidos y a todos los caídos en la guerra, tanto nacionales como republicanos, el ayuntamiento les quiere quitar lo único que nos queda de ellos, el monolito de Sa Faixina o ¿quizás sea que no quieran que se sepa que los republicanos también cometieron atrocidades por toda la geografía española al igual que los nacionales?

Señores concejales, especialmente señor alcalde, les pido en mi propio nombre y en nombre de muchos mallorquines que  o todos moros o todos cristianos. Si se derrumba este monolito, derrumben todos los demás monumentos, como la estatua a Jaime I, conquistador de Mallorca que venció matando a muchos musulmanes. Quitemos de las calles los nombres que rinden homenaje a personas que han sido icono de la izquierda y de la derecha de este país… eliminemos cualquier monumento, estatua objeto  susceptibilidades. Recuerden: concordia.