Son Banya: un enclave de impunidad que debe desaparecer

La situación en el poblado de Son Banya ha alcanzado niveles de desfachatez inimaginables. El tráfico de drogas ya no se oculta: luces, carteles luminosos y guías indican a los compradores el camino a seguir. Se ha consolidado como un mercado del crimen a plena luz del día, con total impunidad. Al margen de las periódicas operaciones policiales y judiciales que se llevan a cabo allí cada equis meses, las autoridades, se declaran frustradas. El alcalde de Palma, Jaime Martínez, en un ejercicio de sinceridad que demuestra lo anómalo de la situación que vive Son Banya, confiesa su incapacidad para actuar, debido a la dificultad de identificar responsables concretos en las obras ilegales que allí se han ejecutado.

Esta declaración de impotencia por parte del primer edil de Palma es decepcionante e inaceptable. Son Banya no puede seguir siendo un territorio sin ley dentro de Mallorca. La falta de identificación de autores no puede ser excusa para la inacción. Las administraciones tienen mecanismos para intervenir, ya sea mediante la demolición de estructuras ilegales, la intervención policial o la aplicación de sanciones.

El Ayuntamiento de Palma y la Delegación del Gobierno, cada cual en el ámbito de sus competencias, deben tomar decisiones firmes. No basta con constatar el problema, hay que solucionarlo

El Ayuntamiento de Palma y la Delegación del Gobierno, cada cual en el ámbito de sus competencias, deben tomar decisiones firmes. No basta con constatar el problema, hay que solucionarlo. El realojo de algunas familias fuera del poblado no ha sido suficiente para desmantelar un asentamiento que sigue operando como epicentro del narcotráfico. Si Son Banya es un fortín del crimen, no se puede esperar que se desmantele solo con medidas tibias.

Es hora de actuar con determinación. Palma no puede permitirse un agujero negro donde la ley no rige y los delincuentes operan con total impunidad. Si hay que enviar los bulldozers, que se envíen. Si es necesario reforzar la presencia policial, que se haga. Palma no puede tener, ni un día más, un núcleo de criminalidad conocido y tolerado por las propias autoridades. Y ahora, encima, con carteles luminosos de ‘Las Vegas’, lo que faltaba por ver.

Si hay que enviar los bulldozers, que se envíen. Si es necesario reforzar la presencia policial, que se haga

La inacción solo perpetúa el problema. Son Banya debe ser erradicado. El alcalde y su equipo tienen una oportunidad para demostrar que el Estado de Derecho no se detiene en la rotonda de Mercapalma. Es hora de que lo hagan.