Las reuniones o encuentros con personas con las que no se convive -prohibidas expresamente por el Govern dentro de la última tanda de restricciones para Mallorca- se están manteniendo con una intensidad y despreocupación que alerta a las autoridades sanitarias.
Mientras las cifras de contagios no dan tregua, es habitual que personas que no viven juntas queden para hacer deporte, ir de compras o acudir al parque con los niños, por ejemplo. Desde la central de rastreo de casos se ha señalado que muchos contagios se producen bien por esta práctica o bien porque enfermos con síntomas leves siguen haciendo una vida normal, sin guardar el obligado aislamiento. Son los llamados "brotes sociales" que durante las últimas semanas -y especialmente desde las Navidades- han supuesto un repunte de casos.
La tercera ola del virus no ha estado impulsada por los contagios en las escuelas, los centros de trabajo o los bares y restaurantes -definitivamente cerrados hasta nueva orden-. El foco de la propagación del virus se halla en los encuentros familiares y sociales que se han seguido produciendo entre personas de todas las edades: padres, hijos, abuelos, amigos…
Aunque sea una restricción que impide el contacto entre personas muy próximas, sería necesario cumplir la prohibición si se pretende atajar la velocidad de expansión del coronavirus en un razonable periodo de tiempo. Animados por la llegada de una vacuna -que tardará aún meses en tener un efecto directo en el conjunto de la sociedad- no parece existir un convencimiento generalizado de que sea urgente reducir este trato social y, en consecuencia, se siguen produciendo encuentros sin que se considere que son acciones de riesgo.
Frente a unas cifras de nuevos contagios y muertes que son elocuentes, la posibilidad de que se produzca un nuevo confinamiento general en entornos como Mallorca no estaría tan alejada de la realidad si finalmente es autorizada por el Gobierno central, como ha pedido el Govern. Todo dependerá de la evolución de los datos y de la responsabilidad adquirida a título personal por dada uno de los ciudadanos que siguen sin respetar las normas.