Sensibilidad hacia los discapacitados

La colaboración conjunta del Govern Balear y del Consell de Mallorca de crear 413 plazas concertadas para atender a personas discapacitadas mediante una aportación conjunta de 4,7 millones constituye un excelente avance institucional en materia de política social. Si este tipo de acciones públicas son siempre bien acogidas, mucho más lo son en la coyuntura actual de crisis, que siempre golpea mucho más a las persones que padecen algún tipo de inferioridad funcional y a sus familias.

Este acuerdo entre Govern y Consell también tiene una notable importancia para el conjunto de la sociedad. Una política social activa es sinónimo de solidaridad y de comunidad cohesionada. Las políticas sociales suelen recibir siempre un duro golpe cuando no queda otro remedio que imponer medidas de austeridad a causa de la depresión económica.Pero de la misma forma, cuando el empeño solidario institucional se revitaliza es señal inequívoca de que la recuperación comienza a ser un luminoso hecho.

Los agoreros que afirmaban hace unos pocos años que el Estado del Bienestar ya era inviable se han equivocado de medio a medio. Las cotas de protección social están subiendo, lo cual es clara muestra de fortalecimiento del sistema. Los discapacitados que recibirán este apoyo están de enhorabuena, así como sus familias. Pero de la misma manera está de enhorabuena el conjunto de una sociedad democrática que se distingue por su convicción de que ninguna persona que merezca el apoyo de sus conciudadanos tiene  que quedarse atrás.

Es clave que tanto el Govern como el Consell sigan por este camino. Ofrece seguridad y confianza. Mucha a los que necesitan ayudas y muchísima al resto de la sociedad, que comprueba que la maquinaria pública vuelve a funcionar a tope. Ahora que lentamente se va contando con más recursos públicos, es imprescindible su mejor uso posible. Y no hay duda que la política social es esencial. Es el distintivo más noble  de los pueblos libres.