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S'Arenal se merece más respeto

lunes 01 de octubre de 2018, 22:00h

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Los constantes altercados, desmanes o actitudes públicas fuera de todo límite con que tienen que convivir los vecinos de s'Arenal siguen marcando el día a día de uno de los destinos turísticos con mayor historia de la comunidad. La aplicación, desde hace ya un año, de la ordenanza cívica que el Ayuntamiento de Llucmajor redactó para la zona ha dejado notar su efecto en determinados aspectos, como los ruidos o la venta ambulante ilegal. Pero, en conjunto, la sensación de impunidad y de ciudad sin ley sigue imperando en la zona.

Este lunes, mallorcadiario.com se hacía eco de dos denuncias que los vecinos han hecho públicas en las redes sociales. Por un lado, la venta de bebidas a pie de playa por parte de grupos que acuden pertrechados con todo tipo de refrescos y cervezas para "servirlas" a los turistas sin ningún tipo de control sanitario ni autorización legal. A plena luz del día y con absoluta impunidad. Por otro lado, los vecinos hacían público un video de una felación practicada de noche en plena calle, junto al tránsito habitual de personas y vehículos.

Lejos de ser episodios aislados, ambas escenas reflejan lo que es la vida cotidiana en esta zona durante la temporada veraniega y reclaman una reacción decidida para cambiar, de una vez por todas, el tipo de turismo que la frecuenta. Las acciones policiales y de mayor inspección son necesarias, aunque por sí solas, tienen un alcance limitado. Las administraciones públicas deben aplicar un estricto control de la legalidad en la zona, pero la iniciativa privada debe realizar todas aquellas actuaciones que permitan atraer un turismo de mayor poder adquisitivo.

Ya son muchos los empresarios que han acometido importantes inversiones para renovar sus hoteles, restaurantes o comercios en la zona. Y, de ellos, no son pocos los que se quejan de que estas inversiones pueden caer en saco roto si otros establecimientos de la zona siguen sin renovarse. A su juicio, el turismo de mayor poder adquisitivo que han conseguido atraer los nuevos hoteles puede dejar de acudir a la zona si tiene que convivir con molestias y actitudes de total incivismo.

La asignatura pendiente hay que apuntarla en el debe de todas las administraciones y colectivos implicados. S'Arenal se merece un respeto; por el bien de los negocios que dan vida al barrio, y a buena parte de Mallorca, pero también por la dignidad de los ciudadanos que conviven en la zona.