
La
Ruta Martiana es un evento que reúne cada martes en el caso antiguo de Palma a todo aquel que quiera disfrutar de una oferta de tapa y zurito o chato por dos euros. Esta ruta no es solo famosa por sus precios low cost y su ambiente sino también por los continuos enfrentamientos entre restauradores y vecinos de la zona de Sa Gerreria y alrededores.
La suciedad, debido a que la gente, en contra de lo que permite la ley, bebe en la calle con copas y vasos de cristal y, sobre todo el ruido, son las quejas recurrentes de los que viven en la zona. “Es imposible descansar y más ahora en verano que abres las ventanas para que corra el aire. La gente se queda bebiendo y fumando fuera del bar y el ruido es insoportable, no hay quién duerma”, se quejaba una vecina.
El presidente de la
Fepae (Federación Ciudadana de Entidades y Asociaciones Ciudadanas) ,
José Maria Mulet,, ha señalado que "desde la asociación no tenemos nada en contra de los restauradores, el problema es el
incivismo de los ciudadanos que hacen ruido fuera del bar, rompen cristales, orinan en nuestras puertas incluso una vez han cerrado los bares"
Pero la problemática va más allá ya que aprovechando las aglomeraciones que se generan en las calles hay
vendedores ambulantes que aprovechan la ocasión para vender cerveza , los
"Top Manta" de las cervezas, hecho que además de ser ilegal provoca que la gente se quede más tiempo una vez cerrados los comercios. “Hay venta ambulante o incluso gente que hace la compra en el súper antes de venir y se queda en la calle por el ambiente y es indignante, son personas que no pagan impuestos ni tienen licencias, luego somos nosotros los tenemos el problema con los vecinos”, apostilla un restaurador.

Y es que la consideración de
Zona Acústicamente Contaminada (ZAC) de Sa Gerreria implica que los restauradores se vean obligados a cerrar los martes a medianoche y no a las 2:30 como el resto de la semana. Una medida que no contenta a vecinos ni a comercios. “La normativa es un absurdo, reducen horarios los martes pero no el resto de días. Así que el insomnio de los martes se pasa al miércoles o cualquier día de la semana”, señala un vecino.
Desde el bar Sa Farina destacan que “los martes perdemos dos horas y eso nos arruina media caja, porque la gente ya no entra si sabe que vas a echarla pronto. Ni hacemos caja ni podemos contratar a más personal, estas regulaciones solo nos perjudican”. No solo se quejan los vecinos, “a los comerciantes de terraza no les interesa la Ruta Martiana, son los primeros que llaman, no son tan solo los vecinos, hay boicot desde el mismo sector”.

Los camareros recogen los recipientes de cristal y la basura que haya podido quedar en la calle después de echar el cierre. “Nuestros clientes no sacan vasos del local porque tenemos (y pagamos) a un portero para evitar esa situación. Cada noche salgo con una bolsa de basura grande y recojo lo que queda por el suelo", señala el dueño de Sa Farina.