Los aficionados del Mallorca vuelven este domingo a las gradas de Son Moix 14 meses después con la esperanza de que las mascarillas -obligatorias- no rebajen ni un ápice los decibelios de la celebración de los goles que se gritan con alma y vida en los estadios de fútbol.
4.086 afortunados hinchas locales serán los elegidos, por sorteo y ante notario, para animar a su equipo ante el Alcorcón, en un partido que puede sentenciar el ascenso directo de los bermellones si el Almería no gana este sábado al Albacete y el Mallorca suma los tres puntos en juego.
El grupo de Luis García Plaza no jugaba con público desde el 1 de marzo de 2020, cuando perdió 0-1 ante Getafe en Primera, poco antes de que se consumara el descenso de categoría.
La pandemia avanzaba, y el club balear tuvo la mala suerte de que las medidas excepcionales para contener el virus, entre ellas el estado de alarma, coincidieran con la visita a la isla del Barça de Leo Messi el 14 de junio.
Las entradas estaban agotadas desde hace semanas, iba a ser el partido del siglo ante el líder, primero tras el fin del confinamiento obligatorio, pero se jugó rodeado de un silencio sepulcral (los azulgranas golearon 0-4).
Los noventa minutos del Mallorca-Barça fueron doble noticia. Al margen del resultado y de que se jugó sin espectadores en las gradas, un espontáneo alteró el plácido devenir del partido al saltar al campo luciendo una camiseta de la selección argentina para abrazar a Messi.
Los 14 meses con las gradas vacías ha impedido conocer cuál hubiese sido la reacción de los aficionados ante el lento pero inexorable descenso a Segunda, ni tampoco, han podido celebrar la gran temporada del equipo dirigido por Luis García Plaza.
De hecho, el entrenador madrileño ha lamentado en varias ocasiones no haber sentido el aliento incansable de un público que sabe celebrar como nadie los grandes triunfos.
Todavía se recuerda la multitudinaria invasión de campo al consumarse al ascenso a Primera ante el Deportivo de la Coruña. García Plaza ha confesado que fue uno de los espectadores de ese partido y que le conmovió la alegría que se desató en el terreno de juego.
Uno de los gritos de guerra de los hinchas -"El Mallorca es un sentimiento, que se lleva muy adentro"- ha estado apagado desde hace casi un año y medio, pero podría resurgir de las gargantas de los 4.086 socios a partir de este domingo.
MEDIDAS EXTRAORDINARIAS PARA UN ENCUENTRO EXTRAORDINARIO
La entidad bermellona ha asegurado que vigilará de manera exhaustiva que se cumplan todos los protocolos de seguridad.
Los espectadores deberán llevar mascarillas FFP2, se les tomará las temperatura antes de acceder con su DNI al campo y deberán guardar una distancia de 1,5 metros con respecto a otros asistentes al estadio.
Es un regreso de la fiesta del fútbol pausado y condicionado por las circunstancias en tiempos de pandemia, pero regreso al fin y al cabo.
A partir de ahora los jugadores del Mallorca no estarán tan huérfanos del apoyo de sus incondicionales; podrán celebrar los goles -el alma de este deporte- como antes, con aforo reducido en las gradas y entre vítores, gritos y abrazos.
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