El presidente del Real Mallorca, Andy Kohlberg, anunció este martes la destitución de Maheta Molango como consejero delegado del club. La decisión llega con el equipo en zona de descenso a Segunda, tras una racha de malos resultados y, sobre todo, en medio de una polémica nada soterrada sobre la idoneidad de los fichajes impulsados por Maheta en contra de la opinión del entrenador, Vicente Moreno.
De los 14 fichajes que ha cerrado el Real Mallorca desde el pasado verano, una vez consumado el ascenso a Primera División, tan solo cuatro están contando con minutos en las alineaciones de Vicente Moreno. Moreno reclamaba jugadores con un mayor conocimiento del fútbol español y con más experiencia en la Primera División; la plantilla, sin embargo, fue engrosada por jugadores de escaso currículum ni trayectoria en la máxima categoría. De esta polémica, la sensación que queda en el entorno mallorquinista es que entre la versión defendida por Molango y la que sostiene Moreno, la propiedad ha otorgado mayor credibilidad a la segunda.
La situación por la que atraviesa el equipo, combinada con la destitución de quién ha sido su máximo ejecutivo durante los últimos cuatro años, acentúa el vértigo al que se enfrenta el Mallorca. De los jugadores y del acierto de su entrenador -quien presumiblemente ganará margen de acción a partir de ahora- dependerá el futuro inmediato del club en la clasificación.
Ampliando la perspectiva, sin embargo, el bagaje de los cuatro años de Maheta Molango al frente del club debe ser tenido en cuenta. En su hoja de servicios se incluyen una difícil gestión tras el cambio de propiedad -con descenso a Segunda B incluido-, dos ascensos en dos años consecutivos -desde la Segunda B hasta la Primera División- y una nada despreciable actuación de imagen que ha situado al Mallorca en la escena internacional, aunque sus resultados deportivos no hayan acompañado. El fichaje del japonés Kubo, de 18 años, no ha tenido los efectos deportivos esperados, pero su llegada a Son Moix abrió el Mallorca al mercado asiático hasta el punto de ser uno de los cuatro equipos españoles que aparecen en el videojuego más popular de la zona. También la mejora del fútbol base del club que impulsó es digna de ser reconocida.
El balance global de la gestión de Maheta Molango durante estos cuatro años tiene más luces que sombras, como reconocen los miles de aficionados que el año pasado vivieron la ilusión del retorno a Primera. Ahora se trata de reordenar su legado y confiar en el trabajo de los jugadores, sin olvidar que también la suerte -la misma que le pudo fallar a Molango los últimos meses- juega un papel determinante.