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Pescadores baleares: a por un mayor consumo local
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Pescadores baleares: a por un mayor consumo local

miércoles 20 de mayo de 2020, 06:00h

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El censo de pescadores de arte menor en Baleares engloba en estos momentos a un colectivo de 460 trabajadores en los meses de invierno y 560 en verano. Todos estos profesionales se hallan agrupados en torno a la Federació Balear de Confraries de Pescadors, que preside Domingo Bonnin. La principal batalla que desde hace años libra la entidad consiste en promover la adecuada comercialización del pescado fresco que se captura en las aguas del archipiélago con el objetivo de potenciar el consumo interno de este producto.

La declaración del estado de alarma a causa de la propagación del Covid-19 ha creado un escenario hasta cierto punto inédito en el mercado del pescado de Baleares: por primera vez en mucho tiempo, las plataformas y empresas foráneas han dejado de suministrar productos a los clientes del archipiélago. La razón es muy simple: estos clientes no se hallan ahora mismo en condiciones de adquirir ninguna mercancía, ya que se trata de restaurantes, hoteles y otros negocios enfocados a la oferta turística que, a causa de la emergencia sanitaria, han paralizado temporalmente su actividad.

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Estos proveedores externos sirven el 85 por ciento del pescado que se consume en Baleares. El restante 15 por ciento procede de los pescadores autóctonos. En este sentido, el presidente de la Federació Balear de Confraries de Pescadors, Domingo Bonnin, ha defendido, en declaraciones a mallorcadiario.com, que el censo demográfico del archipiélago, con más de un millón de habitantes, “permitiría dar salida a las capturas locales sin ningún tipo de problema, si el consumidor balear apostase plenamente por el producto de aquí, tal como tiene que hacer en estos momentos, forzado por la interrupción del suministro externo”.

Bonnin reconoce que durante los últimos tiempos “se está haciendo un esfuerzo importante por promocionar el consumo local. Sin embargo, este comportamiento ha de prolongarse más allá del coronavirus. También cuando dejemos atrás la amenaza del Covid-19, habrá que seguir apostando por satisfacer, al menos, el consumo interno, con las capturas que realiza la flota de arte menor que faena en las islas”.

De hecho, Bonnin reconoce que para el sector “es más difícil acceder a los negocios hoteleros, porque se mueven en unos parámetros diferentes y precisan de mercancías que reúnen unas determinadas características, muy específicas. Sin embargo, no debería existir ningún inconveniente para surtir el mercado interno, dado que ni siquiera el precio debe representar un obstáculo”.

ACTIVIDAD ESENCIAL DURANTE EL ESTADO DE ALARMA

El sector pesquero recibió la consideración de actividad esencial en el decreto de estado de alarma. En la práctica, esto se ha traducido en que los pescadores profesionales han podido seguir faenando sin ningún tipo de restricciones durante estos dos últimos meses, a pesar de la sombra siempre acechante del coronavirus. No obstante, las barcas han debido articular turnos de trabajo a causa de la necesidad, tal como explica Domingo Bonnin, de “facilitar la tarea a la lonja de pescado, porque de no haberlo hecho así hubiera podido producirse una situación de colapso”.

La actividad de la lonja, como figura intermediadora entre el pescador que realiza las capturas, y los establecimientos comerciales que adquieren estas mercancías y las venden, posteriormente, al consumidor final, es uno de los puntos que, a juicio del presidente de la entidad que representa a los pescadores de las islas, “debería replantearse”.

Bonnin no duda en reconocer que los pescadores sienten “envidia por los payeses del campo que tienen la posibilidad de cultivar sus productos y venderlos luego a sus clientes. Ellos no han de someterse a un sistema como el nuestro, el de las lonjas, que dificulta extraordinariamente la comercialización de las mercancías”.

DOMINGO BONNIN: "HAY QUE INSTAURAR UN NUEVO SISTEMA DE COMERCIALIZACIÓN"

A este respecto, la apuesta de Domingo Bonnin es clara y tajante: “La actual normativa es demasiado estricta. Hay que instaurar un nuevo sistema de comercialización que permita agilizar y dinamizar las ventas en el sector, priorizando un contacto más directo con el consumidor y eliminando todas las trabas que ahora existen y que restan competitividad a la actividad pesquera”.

La necesidad que apunta Bonnin atañe sobre todo a Mallorca, ya que las otras tres islas del archipiélago no acogen ninguna lonja de pescado, y, según cuenta el presidente de la Federació Balear de Confraries, “existen más facilidades para el trato directo entre el profesional y el comprador”.

Esa es precisamente la fórmula que propone Bonnin si se pretende hacer realidad el objetivo de dar alas al consumo de pescado fresco capturado en Mallorca. En su opinión, “no basta con realizar campañas publicitarias, por acertadas que sean, sino que hay que ir directamente al meollo de la cuestión, que no es otro que el de renovar los sistemas de comercialización del pescado. No tiene ninguna lógica que en los tiempos del comercio electrónico, gracias al cual se puede comprar cualquier cosa en cualquier parte, incluso en los puntos geográficos más remotos, el sector pesquero se halle anclado a procedimientos tan anacrónicos”.

CAMPAÑA DE LA 'TONYINA VERMELLA'

El llamamiento de la Federació Balear de Confraries de Pescadors a los consumidores de Baleares para que se decanten por el producto local cuenta actualmente con un ejemplo paradigmático: las capturas de ‘tonyina vermella’. Desde que se abrió la presente temporada de esta especie, el pasado 6 de abril, las 99 embarcaciones dedicadas a la pesca de ‘tonyina vermella’ están trabajando intensamente para hacerse con ejemplares de un producto que cotiza al alza en todo el mundo, especialmente en el mercado japonés, y que en Baleares se halla disponible, prácticamente todos los días, en pescaderías, mercados municipales y grandes y medianas superficies comerciales.

Domingo Bonnin ha destacado que la pesca de la ‘tonyina vermella’ se lleva a cabo en el archipiélago a partir de un modelo de gestión conjunto que controla y supervisa la Federació de Confraries. Según su presidente, con vistas a este año, se prevén “muy buenos resultados en cuanto al volumen de las capturas”, que podrían situarse en torno a las 56 toneladas en el momento en que finalice la temporada, es decir, el próximo 31 de diciembre.

La excelente coyuntura actual en relación a esta valorada especie ha sido el fruto de las reivindicaciones que durante muchos años ha llevado adelante el sector pesquero balear, participando en numerosos foros nacionales e internacionales, y muy especialmente en el marco de la Unión Europea. Gracias a esta infatigable tarea de concienciación, Baleares ha obtenido una cuota importante de captura de una especie que dispone de un elevado valor comercial.

En palabras de Domingo Bonnin, la pesca de la ‘tonyina vermella’ genera unos ingresos “muy importantes para los profesionales del mar, y complementa el resto de pescas de la temporada”. En el riguroso control de la captura de estos ejemplares intervienen la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico, la Administración del Estado y los Cuerpos de Inspección Pesquera.

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