
Investigadores de la Universidad de Antwerp (Bélgica) han descubierto que la degradación de colores que afecta al cuadro 'Flores en un jarrón Azul' de Vincent van Gogh es consecuencia de un efecto químico que no se conocía hasta ahora. Esta reacción se debe a una capa de barniz añadida posteriormente para proteger el cuadro que, en realidad, está haciendo que el amarillo se convierta en un color gris anaranjado.
El estudio, publicado en la revista 'Analytical Chemistry', comenzó durante un tratamiento de conservación en 2009, cuando los especialistas se dieron cuenta de que los amarillos de esta obra (pintada en 1887) se habían vuelto grises y estaban agrietados por un componente llamado oxalato de cadmio.