
Participó en los Juegos Olímpicos de Pequín 2008 en la carrera de 200 metros. Y a pesar que llegó la última protagonizó el sueño olímpico al proceder de unos de los estados más pobres del planeta: Somalia.
La gesta olímpica de Samia Yusuf Omar -que además fue abanderada por su país-, no le supuso unos buenos medios de subsistencia y por ello optó por emprender un temerario viaje en busca de continuar su carrera deportiva fuera de su fallido país.
En este intento desesperado por una vida lejos de la guerra y de la pobreza Yusuf Omar encontró la muerte al bordo de una patera que la tenía que transportar de Libia hasta Italia.
"Los somalíes tradicionales creen que las mujeres que practican deporte, o a las que les gusta la música, son corruptas", afirmó ante los micros de la BBC, una atleta que cruzó la meta de los 200 metros al son de los aplausos de los espectadores a pesar de llegar a diez segundos de la ganadora.