Como si no tuviera Balears problemas suficientes y propios que debatir en su Parlament, Més per Mallorca lleva a la Cámara autonómica una propuesta sobre la “judicialización del proceso soberanista” en clara alusión al juicio por desobediencia al Tribunal Constitucional y prevaricación en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya donde han estado acusados el expresident de la Generalitat, Artur Más, la exvicepresidenta, Joana Ortega, y la exconsellera de Educación, Irene Rigau.
La Cámara legislativa balear carece de competencia alguna sobre esta materia y el debate será absolutamente estéril, aunque a quien quizás pueda incomodar más sea a la presidenta del Govern, Francina Armengol, y a su partido, el PSIB, donde en Catalunya demuestra tener una posición que quizás no sea coincidente con la que tenga en Balears, con lo que eso significa de pérdida de credibilidad del discurso nacional del PSOE, cada vez más debilitado por la guerra interna y por la falta de liderazgo.
Se diría que Més quiere devolver favores, pues llevar este asunto al Parlament pareciera un intercambio de cromos por el apoyo de los nacionalistas e independentistas catalanes a determinadas iniciativas de Més en el Congreso y el Senado. Pero habiendo tantos problemas serios, propios y que competen a los diputados autonómicos, solo se puede calificar la iniciativa de Més de postureo catalanista y de absoluta pérdida de tiempo, si acaso no supone algo más grave, un intento de presionar al tribunal.