Se desata la guerra por la titularidad de la segunda institución más importante de la Comunidad Autónoma de Balears, la presidencia del Parlament. Aunque según los acuerdos alcanzados entre PSIB, Més y Podem, este cargo corresponde a la formación morada, tras la crisis desatada por la expulsión de Xelo Huertas y Montse Seijas del Grupo Parlamentario de Podem Illes Balears, tanto Més como PSIB son reticentes a que alguien de Podem vuelva a ocupar la presidencia porque en todo caso, el diputado que haya de ocupar el cargo, lo sería por eliminación. Podem solo cuenta ahora con 8 diputados y los condicionantes son muchos y muy variados, y hay poco donde elegir, por lo que la idoneidad no está garantizada.
Los líderes de Podem, Alberto Jarabo y Laura Camargo, se han mostrado aliviados porque se haya puesto fin al “circo político”, obviando que fueron ellos quienes metieron al Parlament en la situación de tener que cesar a la presidenta de la Cámara, que ahora parece haberse desatascado. Pero ahora comienza otra crisis entre los partidos firmantes de los ‘Acords pel canvi’, porque las divergencias para designar a un nuevo presidente o presidenta son más que evidentes. El mero hecho de que Jarabo y Camargo se apresurasen a pedir designar un nuevo candidato a candidata, evidencia la tensión que se avecina.
Los temores de PSIB y Més no son infundados y harán bien en pedir a Podem que renuncie a ocupar la presidencia, aunque no será fácil que lo hagan porque hay un mandato claro del Consejo Ciudadano Autonómico. La batalla está servida.