Implacable, el aparato del PSIB se impone

Escondida tras la inundación de información que supuso este fin de semana el asunto Urdangarín, Francina Armengol logró hacerse con las riendas del partido, con casi un 40 por ciento de oposición. El dato es tremendo como denuncia de la crisis interna que vive ese partido, porque unos pocos imponen la compra venta de fidelidades a los demás. Exactamente lo mismo que sucede con todos los demás partidos pero no por eso menos inadmisibles.

Ahora, una vez que Armengol ha cogido los mandos, por supuesto, será demoledora: los suyos irán ocupando todos los cargos, extenderán su poder de forma arrolladora, mientras que los perdedores tendrán dos salidas, o bien el exilio político o, en su lugar, pasar por un control de fidelidad durante un tiempo, para terminar por recibir una oferta marginal por parte del poder.

Así, con más o menos ruido, irán las cosas hasta que Bauzá termine por ser expulsado del Gobierno, por supuesto, en beneficio de Armengol, la mejor candidata para el PP, que tampoco va sobrado de luces. O sea, un horror para la democracia y para las Baleares.