El Govern incomunica el Joan March

Cuando la fiebre ahorradora llega al punto de dejar prácticamente incomunicado un hospital, salvo que uno tenga vehículo particular o se dedique al senderismo, habría que plantearse muy seriamente la política de recortes que se está llevando a cabo y que arrasa con todo sin tener en cuenta nada más.

Ahora le toca al Hospital Joan March, un centro que ya de por sí siempre ha estado mal comunicado con Palma, con horarios imposibles para visitar a los enfermos o para acudir a trabajar, pero que en estos momentos ha dejado el lugar prácticamente incomunicado.

Reducir todavía más frecuencias es obligar a los ciudadanos a coger el coche y al que no lo tenga a utilizar un taxi, una decisión incomprensible y totalmente alejada de la política de fomentar el transporte público.

De verdad que no se entiende este desinterés por el Joan March, un hospital que estña cumpliendo una labor maravillosa, con un personal totalmente entregado a los enfermos y capaz de poner una sonrisa y dar aliento en los momentos más difíciles. Pero el ahorro no entiende, ni quiere entender de nada; no sabe de personas ni de dolor, sólo de endurecer todavía más la ya difícil situación de muchas familias.