Mariano Rajoy ha dicho que está a favor de revisar el calendario laboral y trasladar a los lunes las fiestas que caen entre semana, excepto las de mayor arraigo social. Y aquí es donde surge la gran duda, porque ¿qué es lo que entiende el futuro presidente del Gobierno por arraigo social?
¿Se pueden cambiar festividades como Navidad, Año Nuevo, Reyes, Jueves Santo, Viernes Santo, Primero de Mayo, el día de la Constitución o la Inmaculada? Mucho me temo que no, porque mayor arraigo imposible. ¿Y qué me dicen del 19 de marzo? Día grande en Valencia, ¿y del 15 de agosto? La frase queda muy bien de cara a la galería pero no así a la hora de hacerla realidad, sin olvidar que lo que perjudica a unos beneficia a otros, como es el caso del sector turístico, que respira con los ‘macropuentes’, del mismo modo que, y todos los sabemos, para disfrutar de tres días de asueto uno se queda en la Península y se olvida de destinos como Baleares o Canarias.
Una papeleta difícil de solucionar, porque la gran mayoría, por no decir su totalidad, de los festivos, tienen un gran arraigo social.