Una manera ingeniosa de prohibir el gasto público
miércoles 23 de noviembre de 2011, 09:56h
Entre quienes trabajamos para el Govern (bien, puede que ustedes me maticen y digan que trabajo “para los ciudadanos”, pero a mí eso de que mi nómina venga de la Haciendadel Govern me pesa mucho) es bien conocida la disposición de que no se puede gastar nada por un importe superior a los tres mil euros, o sea nada porque hoy no hay gasto que no sea superior a esta cifra, sin contar con la firma previa de un tal Antoni Costa, que es el director de Presupuestos.
Este hombre no ha firmado ni una petición de gasto desde que llegó a su cargo, con alguna mínima excepción. Ustedes verán: esto significa que en la práctica, todo gasto superior a este importe está congelado desde hace meses en el Govern, excepción hecha de los salarios que, por cierto, en mi ámbito, el de la enseñanza, nunca llegan a esta cantidad.
O sea, el Govern está congelado, paralizado, mediante un montón de papeles que esperan la luz verde en las inmediaciones del despacho de este señor, que no ha mirado ni una petición ni parece que la vaya a mirar. Original manera de prohibir el gasto.