Un teléfono para chivatos

Montuïri quiere ser ejemplo de pueblo cívico pero como no tiene ni el dinero ni el personal suficiente para controlar las 24 horas al día todo lo que ocurre en sus dominios se le ha ocurrido que sean los propios vecinos quienes se chiven de lo que hace el de al lado. El Ayuntamiento de la localidad ha puesto en marcha un teléfono para que sus habitantes llamen y denuncien, desde el anonimato, cualquier desperfecto en el mobiliario urbano y paisajístico, pintadas, excesos de velocidad y otras actitudes incívicas. El servicio tiene un objetivo loable: concienciar a los ciudadanos para que cuiden todos los bienes y servicios públicos, sin embargo puede convertirse en un arma de doble filo y ser utilizado para vengarse de tal o cual vecino que te cae mal. ¿Quién le asegura al alcalde que uno de sus conciudadanos, que no soporta a otro o que tiene con él una disputa por unas tierras, no denunciará falsamente a su enemigo simplemente para crearle un conflicto?