La ciudad de Nueva York intenta recuperar el pulso tras las fuertes lluvias que este viernes obligaron a las autoridades a declarar el estado de emergencia tanto en la metrópoli como en Long Island y la zona del valle de Hudson.
Una alerta que alcanza a más de 8 millones de personas provocada por un fuerte aguacero que ha causó graves inundaciones, dejó a vecinos confinados en sus casas y obligó a los bomberos de la ciudad a realizar más de una veintena de rescates.
Las lluvias obligaron también a cortar el tráfico rodado y el metro y generaron innumerables problemas en el aeropuerto JFK.
A medida que han pasado las horas la fuerza de la tormenta ha ido decreciendo pero se prevé que las