Los hechos tuvieron lugar en un control rutinario establecido en el Port de Palma, a la llegada de los buques de pasajeros y mercancías que proceden de la península.
En un momento dado, un perro del servicio cinológico de la Guardia Civil adiestrado en búsqueda de estupefacientes, marcó un camión que portaba coches. Y no se equivocó.
Momentos después, los guardias civiles de Fiscal y Fronteras que formaban el dispositivo hallaron en uno de los coches una mochila que contenía 6 paquetes de un kilo cada uno de cocaína.
Cabe recordar que estos puntos de verificación que la Guardia Civil como resguardo fiscal de estado realiza, están enfocados a la prevención del contrabando y otros tráficos ilícitos, además de la detección de riesgos para la Seguridad Ciudadana.
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