El tejido productivo de Escorca estaba especialmente ilusionado este año al entender que la temporada turística se preveía excelente para el municipio. Antes de los meses de verano, el cicloturismo y el senderismo daban vida a esta población que de la noche a la mañana contempla con incredulidad que las lluvias han provocado el desprendimiento de un muro de marés obligando a cortar el acceso a sa Calobra, uno de los mayores reclamos turísticos de la isla.
La intervención del alcalde fue propicia para que se acelerasen las actuaciones en esta carretera vital para la economía de Escorca. Cuando parecía que todo volvía a la normalidad, la borrasca Juliette arrasa la Tramuntana dejando numerosas carreteras cortadas.
Ahora, el alcalde en un tweet se despacha a gusto al criticar que en la carretera de Caimari a Lluc, una de las más afectadas, "a las 13:00 horas no hay ni una sola brigada de operarios trabajando". Toni Solivellas se pregunta "¿porque tenemos las carreteras cerradas desde las 8:00 hasta las 16:00 horas? Es una vergüenza".
La temporada está a punto de comenzar y la preocupación es máxima en aquellos municipios que prácticamente viven del turismo.
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