Los hechos tuvieron lugar al llegar la comitiva real a la iglesia. Allí, el Rey Baltasar habló con las autoridades y organizadores para comentarles su decisión. A pesar de los intentos por convencerlo, no hubo manera. Al ser musulmán, sus creencias le impedían cumplir con la tradición.
De esta manera, los tres Reyes Magos de Oriente se quedaron en el exterior del templo, donde atendieron amablemente a los niños y a las niñas que quisieron inmortalizar el momento con fotografías. Así, tampoco se llevaron a cabo los tradicionales discursos de bienvenida a Sus Majestades.
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