Alegan que el voluntariado es insuficiente "porque la gente se quema mucho con el trato que recibe" y el ayuntamiento no acepta nuevas solicitudes desde la pasada primavera. Además las obras del centro siguen en marcha, "con el consiguiente ruido y caos que altera todavía más a los animales".
La asociación advierte de que, además de mascotas a las que sus dueños renuncian, a Son Reus llegan también animales perdidos, sobre todo en estas fechas porque se asustan por culpa de los petardos, "pero para los dueños es muy difícil encontrarles allí porque nadie contesta al teléfono; porque en la página web del centro, la lista de animales perdidos está vacía desde el 25 de febrero de 2016; y si se personan allí les dicen que tienen que pedir cita previa".
La asociación critica que la obligatoriedad de la cita previa es una norma que instaurada por la pandemia y que, "obviamente, ya no tiene sentido".
La entidad de voluntarios ha recordado además la falta de seguridad en el centro, que ha quedado patente tras los recientes robos de un guacamayo y varios cachorros. Denuncian también "el horror de cortar las plumas a las palomas para dar de comer al buitre y al halcón".
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