La situación económica y laboral de los restaurantes de costa o chiringuitos ha sido calificada este año por los propietarios de los mismos como "dramática". Las restricciones y prohibiciones han sacudido la economía de estos negocios que este año han facturado un 75 por ciento menos que el año anterior, lo que también ha generado una drástica reducción de puesto de trabajo. Jaume Perelló, portavoz de la recientemente creada Asociación de Empresarios de Concesiones y Explotaciones de Servicios Temporales en el Dominio Público Marítimo Terrestre de Mallorca (ADOPUMA), ha adelantado que el próximo día 8 se reunirán con la consellera de Presidencia, Mercedes Garrido, para buscar soluciones ante esta situación.
Jaume Perelló ha reconocido a mallorcadiario.com que las prohibiciones impuestas a los chiringuitos este año "nos ha hecho muchísimo daño tanto a nivel de facturación como en la generación de empleo. Los tres negocios de la playa de Es Capellans hemos facturado un 75 por ciento menos con respecto al pasado año y a otras temporadas turísticas, es decir, sólo hemos facturado un 25 por ciento. Otros ni siquera han podido abrir".
Esta drástica reducción de la facturación ha devenido en una notable reducción del número de empleos. Aquí, Perelló adelanta que "estas prohibiciones también han traido consigo fuertes pérdidas de puestos de trabajo, Si en 2021 éramos 35 trabajadores, este año tan solo estábamos 11. Esta reducción también se ha visto en los otros chiringuitos de es Capellans".
El portavoz de Adopuma reseña que la merma en la facturación se ha producido "porque nos han quitado las terrazas y tan solo nos permiten trabajar en el interior del restaurante que es un espacio bastante reducido. La gente no está mucho por labor de estar en el interior ya que el atractivo de estos restaurantes es comer con los pies en la arena".
Las medidas destinadas a prohibir o limitar la actividad turística de los restaurantes de costa no solo se han limitado a los situados en la zona de la Playa de Muro "sino que se ha extendido a numerosos puntos costeros de Baleares. Jaume Roselló recuerda que "al menos nosotros hemos podido abrir un poco pero hay otros muchos restaurantes de costa que no han podido abrir a causa de las prohibiciones impuestas por las administraciones. Ayer (por el martes) se ha puesto en contacto con nuestra asociación unos afectados de Ibiza que tienen un hotelito con un restaurante y a los que tampoco se les han permitido abrir la terraza por lo que que tampoco han abierto el restaurante. A otros de Menorca tampoco se les ha permitido abrir por lo que su facturación ha sido cero. Desde que hemos puesto en marcha la asociación, no paramos de recibir llamadas de afectados explicando sus casos y pidiendo soluciones".
Este "ataque a los restaurantes de costa", según lo califica Perelló, tiene un claro sesgo ideológico "que roza con la turismofobia". En este punto, el portavoz de Adopuma no duda en advertir que esta turismofobia "existe en alguna parte del Govern", al tiempo que considera que si no se llega a algún tipo de acuerdo satisfactorio para todas las partes "este tipo de prohibiciones van a ir a más", resaltando que los partidos radicales "son los que nos están haciendo daño".
Ante esta situación que Jaume Perelló califica de clara "indefensión jurídica", la asociación Adopuma solicitó en su día una reunión con la presidenta del Govern, Francina Armengol "para que conociese en boca de los afectados la situación por la que estamos atravesando". Finalmente, no será Armengol, sino la consellera de Presidencia, Mercedes Garrido, quien reciba a la asociación el próximo 8 de septiembre.
Perelló ha apuntado que "vamos a trasladar a Garrido lo que hemos sufrido este verano y que cuando el Govern asuma las competencias de Costas tengan un poquito de coherencia y sentido común y que no vuelva a suceder lo que ha pasado este verano. Ha sido muy fustrante ver que la playa estaba a tope, a reventar y nosotros sin poder trabajar; sin poder montar ni mesas ni sillas. Además, hemos tenido que sufrir el enfado de la gente que estaba dolida por no poder ni comer, y en el mejor de los casos podían coger comida para llevar a las hamacas de la playa y en el peor de los casos acudían al supermercado a comprar comida y bebidas dejando las playas llenas de residuos".
El portavoz de Adopuma concluye recordando que "ha sido muy fustrante esta temporada turística. Todas las medidas del Govern denegando las terrazas y chiringuitos solo han tenido efectos negativos en la facturación y en el empleo. Las playas son grandes y hay para todos los gustos: para los que quieren chiringuitos y para los que no. Parece como si parte del Govern quisiese eliminar los atractivos de las playas para que los ciudadanos y turistas dejen de venir, olvidando que también hay muchos residentes que disfrutan de estas playas y que acuden a los chiringuitos."
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