A diez meses de las próximas elecciones municipales, el Ayuntamiento de Andratx ha vivido este martes un vuelco político que ha supuesto la salida del socialista Toni Mir como alcalde para ser sustituido por la hasta ahora portavoz del PP en el municipio, Estefanía Gonzalvo. Mir no ha logrado superar la moción de censura presentada por el PP y apoyada, entre otros, por El Pi, que hasta ahora había ejercido como socio del pacto de gobierno desde 2019.
Gonzalvo -que ya fue la candidata más votada en las elecciones de ese año, pero que se vio privada de la vara de mando por el pacto a tres bandas entre PSOE, El Pi y Més- se ha convertido en la cuarta edil que asume la alcaldía de Andratx en la actual legislatura, tras Katia Rouarch (El PI), Joan Manera (Més) y el ahora defenestrado Toni Mir (PSOE), que asumió la alcaldía hace un año. Mir no ha conseguido convencer más que a sus compañeros de partido. Y es que su desempeño como alcalde ha sido tan contestado como para ser reprobado incluso por sus propios socios.
Acusado por el PP de incapacidad de gestión, malas formas, falta de respeto y actitud indigna, el 16 de junio Mir se enfrentó a una reprobación que salió adelante con el apoyo del PP, Ciudadanos y El Pí, en ese momento socio de gobierno del propio Mir. Ni los concejales de Més le apoyaron, optando entonces por la abstención. Tras ese episodio, la moción de censura parecía la opción más lógica, tal cual se ha materializado este martes.
Horas antes de perder la alcaldía, el PSOE de Andratx intentó una operación ofreciendo la cabeza de Mir para evitar la moción de censura, pero la realidad ha seguido el cambio de guión escrito desde la reprobación. Los socialistas hablan ahora de la deslealtad de El Pi -que mantiene con la nueva alcaldesa las mismas áreas de gestión que tenía con Mir-, pero la figura de ya ex alcalde ha gozado, sin duda, de muy pocas simpatías durante su periplo al frente del ayuntamiento. Desde hace meses, su talante ha sido ampliamente criticado por las formas empleadas, pero también por el escaso resultado de gestión: aprobación de los presupuestos con su voto de calidad, largos tiempos de espera para la tramitación de las licencias municipales, carencia de efectivos policiales, falta de interés a la hora de resolver los atascos de vehículos tras el cierre del túnel de Son Vic...
Todas estas cuestiones son ahora competencia de Estefanía Gonzalvo, que dispondrá de diez meses para apaciguar el escenario antes de someterse a un nuevo escrutinio de los votantes; un periodo notablemente reducido, pero que debería permitir orientar el trabajo que los ciudadanos de Andratx vienen reclamando a sus representantes políticos.
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