Los hechos ocurrieron el pasado 30 de septiembre, ha detallado de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación en un comunicado.
Además de otros pescados de los cuales no se pudo certificar el origen, los inspectores detectaron una chopa, un sargo, un sargo picudo, dos meros, un corballo y dos budiones que habían sido arponados con un fusil de pesca submarina, dado que todos los pescados tenían heridas con una trayectoria de entrada y salida.
Según el departamento autonómico, las especies capturadas son "las típicas vulnerables a la pesca submarina", por tratarse de especies de fondos rocosos, de crecimiento lento, vida larga y posición elevada en las cadenas tróficas, "de las cuales ya no quedan poblaciones estables fuera de las reservas marinas".
De hecho, tres de los ejemplares localizados en el restaurante, dos meros y un sargo, eran de talla inferior a la reglamentaria. Los meros, por ejemplo, eran individuos juveniles de medida inferior a la primera madurez (45 centímetros), la mínima reglamentaria.
Los pescados decomisados tuvieron que ser destruidos en el mismo establecimiento, y no se destinaron a la beneficencia, dado que no se podía garantizar su salubridad. La denuncia también se remitirá a los responsables en materia de salud de Baleares.
La Dirección General de Pesca y Medio Marino es la encargada de tramitar estas denuncias. Según la Ley 6/2013, de 7 de noviembre, de pesca marítima, marisqueo y acuicultura en las Illes Balears, todas las infracciones denunciadas, que van dirigidas al establecimiento, se consideran graves y se pueden sancionar con hasta 30.000 euros.
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