Colchones, meses, sillas, ropa, una toalla y un sujetador tendidos y hasta una lavadora en plena acera. Así luce la esquina de la confluencia de la calle Manacor con Reis Católics, en uno de los accesos a Palma a través de la Via de Cintura.
Desde hace días, los residentes de la zona asisten perplejos al levantamiento de un campamento a las puertas de un edificio antiguo de viviendas y locales, en claro estado de abandono. Este, junto a otro de la calle Manacor, son refugio habitual de okupas y delincuentes, generando alarma vecinal y degradación urbana.
Los residentes de la zona señalan a El Infiltrado que están hartos de los ruidos, conflictos y peleas que se generan dentro y ahora también fuera y piden al ayuntamiento de Palma máxima celeridad en una actuación global.
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